En enero de 2018 se constituyó en la Diputación de Jaén la Asociación de los Paisajes del Olivar de Andalucía como Patrimonio Mundial, un sueño truncado
La última semana se han cumplido siete años desde que más de un centenar de entidades diera su apoyo a la Asociación de los Paisajes del Olivar de Andalucía como Patrimonio Mundial (APOAPM). El acto se celebró en la Diputación Provincial de Jaén, socio fundador de esta entidad y promotora principal del expediente que, tras una década de andadura, se abortó el pasado otoño en medio de la desidia y el desinterés mostrado por las entidades públicas y también por la propia ciudadanía jiennense.
La Diputación de Jaén, que aprobó su integración en esta Asociación en el pleno de marzo de 2018, defendía entonces su papel de entidad promotora. Al acto asistieron, entre otros muchos, representantes de las diputaciones de Granada, Córdoba, Málaga y Cádiz, el director ejecutivo adjunto del COI, Mustafá Safesi, y los presidentes de las fundaciones Juan Ramón Guillén y Fundación Savia, Paco Casero. Este último ha sido, sin duda, el más firme defensor de la candidatura, pero sus desvelos continuos para hacer posible este sueño han chocado contra la insensibilidad y cierta indiferencia de los poderes públicos.
La Asociación de los Paisajes del Olivar, que nacía sin ánimo de lucro, tenía entre sus fines la defensa del patrimonio paisajístico y cultural ligado al cultivo del olivo y su industria de referencia; el fomento de la investigación, sensibilización y realización de estudios, cursos e investigaciones relacionados con el patrimonio natural, paisajístico y cultural ligado a la cultura del olivo; la promoción y puesta en valor de los paisajes del olivar andaluz; la promoción de estos paisajes como ejemplo de cultivo olivarero; favorecer medidas para la sostenibilidad económica, ambiental y social de estos paisajes agrícolas olivareros y del territorio donde se encuentran; y establecer intercambios de experiencias y resultados entre los distintos territorios ligados a este bien cultural o a otros paisajes agrarios que ya han sido inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial.