Salvador Compán reivindica esta obra de Rafael Zabaleta como símbolo de la lucha por la igualdad

El escritor ubetense Salvador Compán ha conmemorado este 8M con la recreación de esta obra del pintor Rafael Zabaleta que simboliza el abrazo de las mujeres rurales.

«Este abrazo de las mujeres rurales, pintado por el gran Zabaleta, donde todo en la mujer se anuda, suma y se potencia a sí mismo puede ser un canto de alegría cívica por ellas y su esfuerzo hacia la igualdad. Hoy, 8 de marzo, es un buen día para que se quieran, para quererlas», ha escrito Salvador Compán.

Fademur

De otro lado, FADEMUR ha valorado las medidas que el Pacto de Estado del Gobierno contempla para combatir la violencia de género que sufren las mujeres del medio rural.

Las mujeres rurales, al igual que ocurriera en 2017, hemos sido consideradas como colectivo en situación de especial vulnerabilidad frente a la violencia de género, manteniéndose un apartado específico 3.4, especialmente dedicado al “Medio Rural” (medidas 246 a 254). Pero además, el nuevo Pacto de Estado concede especial atención a la especificidad del mundo rural, de manera transversal, en muchos más ejes de actuación,  abordando los principales retos identificados en nuestro estudio de 2020 para luchar de manera efectiva contra la violencia machista en el medio rural.

El nuevo Pacto de Estado recoge una medida largamente reivindicada por FADEMUR, como es el disponer de instrumentos de cribado universal en el ámbito sanitario para estimar la prevalencia y la incidencia de los casos de violencia de género en todas sus formas (medida 75).

Y prevé Unidades de Apoyo en el ámbito local (medida 90 y siguientes), para mejorar la identificación de las víctimas con independencia de la denuncia, y la formación de profesionales en el ámbito rural.

Además, insta a las administraciones a incrementar la atención a las mujeres víctimas del medio rural con mayores recursos, o con “recursos itinerantes” que cubran más de una comarca (medida 246), insistiendo en la necesidad de reforzar la presencia policial y equipos especializados itinerantes para atender a las víctimas (medida 251). , extendiendo las oficinas de Equipos Mujer Menor (EMUME) de la Guardia Civil a todos los cuarteles para atender a las mujeres y menores del ámbito rural (medida 141).

Esta ha sido una reivindicación de FADEMUR, así como la mejora de los protocolos de coordinación y derivación policial vigentes en los casos de violencia vicaria en todos los municipios y ciudades que no sean capitales de provincia. Estas reivindicaciones se ven reflejadas en el nuevo texto del Pacto de Estado.

Nuestro Estudio de 2020 hacía especial referencia a los problemas de anonimato y confidencialidad a los que se veían confrontadas las mujeres del medio rural. En este sentido, la medida 252 propone facilitar el acceso a recursos fuera del municipio de residencia de la víctima, garantizando su desplazamiento a servicios especializados.

La recomendación a las Comunidades Autónomas, entidades locales y otras instituciones que contiene la medida 375 hace referencia a la necesidad de establecer y mantener en el ámbito municipal o, al menos comarcal, estructuras integrales de atención a mujeres víctimas y a sus hijos e hijas, garantizando la proximidad de los servicios.

Otra de las reivindicaciones de FADEMUR que se ve reflejada en el nuevo Pacto de Estado, directamente relacionada con la protección de las víctimas, está reflejadas en las medidas 218 y 219 relativas a la mejora del sistema COMETA y a los dispositivos telemáticos de protección, “mejoras para evitar incidencias que repercuten negativamente en la protección de las víctimas”. Las principales incidencias se han producido en contextos rurales y es de vital importancia que el Pacto de Estado se comprometa a garantizar su vigilancia sobre las mismas.

El Pacto de Estado también hace referencia a las víctimas de otras violencias de género en el medio rural. En este sentido, la medida 253 incide en que la atención y el acompañamiento se adapte a las condiciones de los municipios rurales. Esto implica mejorar la cercanía y adaptabilidad del transporte público a núcleos poblacionales más pequeños y la implantación de más servicios de proximidad, adecuándolos a las necesidades de privacidad, anonimato, confidencialidad y seguridad de las víctimas de violencia sexual.

En este mismo sentido, la medida 156 también hace referencia a la necesidad de acoger otras víctimas de violencia de género, muy especialmente víctimas de explotación sexual y trata, y extender una red de recursos accesibles en cada comunidad autónoma.