Pedro Molina, sobrino del pintor, glosa la figura de su madre, que ejerció una gran influencia artística y personal en su hermano Antonio Begíjar

PEDRO MOLINA (Historiador del Arte y sobrino de Antonio Begíjar:

Tomasa Martínez, hermana y musa del pintor Antonio Begíjar nos ha dicho adiós con 94 lúcidos años. Ella recordaba siempre que ha vivido y convivido con el arte durante toda su vida:

“En un pueblo aunque parezca extraño puede haber Arte y creatividad a pesar de los obstáculos”.

“Mi hermano desde chico ya era un artista. De forma natural, sin estudios de pintura.

Eran unos años de posguerra muy difíciles para la vida y para el arte».

«Era un chiquillo tímido y humilde…miraba las luces del cielo y modelaba en las eras con barro y grea figuras de toricos y caballos que nos traía como regalos de ilusión».

Tomasa era la mayor de 5 hermanos y siempre ejerció una influencia artística y personal en su hermano Antonio. Tomasa ha sido una mujer bellísima de rasgos hispanos, unos ojos verdes esmeralda, un cuello esbelto, un bello cabello ondulado y un  brillo natural en la mirada que sirvió de inspiración para muchos cuadros mitológicos  como Penelope de Ulises o Diana cazadora.Ella posaba siendo una adolescente para su hermano que la pintaba en las paredes de las cámaras de su casa con carbones de la lumbre, junto a artistas de la época como Lola Flores, Sara Montiel o Aurora Bautista.

«La obra única de mi hermano Antonio Begíjar está en la historia y permanecerá durante siglos y siglos». De un modo discreto y con mucho sacrificio emprendió a lo largo de su vida una labor de recopilación de la obra de Antonio Begíjar, haciéndole incluso encargos como sí se  los hicieran otros clientes.

A lo lago de los años tuvo muy claro que debía reunir la obra de su hermano porque él era un bohemio que no conservaba nada, era muy  desprendido y sólo tenía sus manos. Con mucho esfuerzo  en el año 2021 se inauguró La Casa del Arte Antonio Begíjar, con la presencia del escritor Luis Antonio de Villena y la cantaora Saray Muñoz, del ballet Nacional de España e hija de Tina de las Grecas,  amiga de luz de Antonio Begíjar.

En la centenaria casa familiar fue capaz de abrir un museo con todo el legado de  obras, bibliografía, hemeroteca, archivo fotográfico y epistolar. Su trabajo constante de impulso e ilusión con el que nos contagió a todos, la convierten en un perfil singular de musa, mecenas y conservadora del Arte.

No sólo logró que no se olvidara el nombre de Antonio Begíjar, sino que además lo ha dado a conocer a través de un legado reunido durante más de 80 años que por ahora permanece en Begíjar como era su deseo.

En sus últimos años vivió feliz rodeada de la belleza de los cuadros para los que posó y de la paz y libertad que le daba el arte. Nos deja un bello legado y su ejemplo contribuye a la toma de conciencia sobre la importancia del arte en el mundo.