El embalse del Encinarejo, en la Sierra de Andújar, ha sido la última playa de interior del país en recibir el distintivo Bandera Azul

(Reportaje publicado en El Viajero de EL PAÍS el 16 de agosto)

En pleno parque natural de la Sierra de Andújar, en el corazón de Sierra Morena, el embalse del Encinarejo, en Jaén, ha sido la última playa de interior del país que ha recibido el distintivo de la Bandera Azul por parte de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC).

Andalucía y Extremadura concentran 12 de las 19 playas del interior de la geografía española que cuentan con este reconocimiento a la excelencia de sus aguas y también de las instalaciones donde se encuentran. En ellas se pueden practicar deportes náuticos como el kayak o el piragüismo con los que mitigar las altas temperaturas que se registran cada verano en estas zonas del interior de la Península.

El área recreativa del Encinarejo y el río Jándula es un lugar de gran belleza paisajística y medioambiental. Los bosques de ribera del parque natural, con pinos, fresnos, eucaliptos, alisos, sargas, adelfas o tarayes, sirven como refugio a la fauna representativa de esta zona húmeda: garzas reales, zampullin, pollas de agua o incluso algunas nutrias. Es también una de las principales reservas del lince ibérico, la especie que ha logrado salir de la lista de especies en peligro de extinción y que en este lugar convive entre ciervos, águila imperial o el buitre negro.

El Encinarejo cuenta con tres zonas de baño: Cala de Coscojal, Cala Norte y río Jándula y entre los equipamientos de uso público que facilitan el baño de los visitantes destacan las pasarelas articuladas que se han habilitado para personas con movilidad reducida. También se valoran aspectos como los aparcamientos, los módulos de socorristas y de aseos públicos, la periodicidad con la que se recoge la basura y el reciclaje, y la retirada de los árboles secos con riesgo de caída y restos acuáticos insalubres.

Uno de sus principales atractivos es que está autorizado el uso de embarcaciones de recreo y el embalse cuenta con un pequeño embarcadero por el que acceder para efectuar actividades como kayak, piragüismo o paseo en pequeñas lanchas.

Es, sobre todo, un paraje recreativo de alto valor medioambiental (también puede practicarse el senderismo o la caza fotográfica) donde las sombras en la propia orilla, la presencia de merenderos de granito, un litoral de de más de un kilómetro y medio de longitud y la belleza del paraje lo convierten en una de las zonas de baño más apetecibles para refrescarse en el sur de España.

Ríos, lagos, embalses y pantanos ubicados en todo el territorio peninsular cuentan con playas de interior que, en muchos casos, nada tienen que envidiar a las playas del litoral, Y es la provincia de Badajoz la que atesora el mayor número de playas continentales con bandera azul. Un distintivo del que apenas pueden presumir una veintena de playas de las 140 zonas de baño continentales que hay registradas en toda la geografía nacional.

Para que una playa de costa o interior obtenga una Bandera Azul debe cubrir exigencias básicas: la calidad de las aguas de baño; información ambiental y educación para la sostenibilidad; gestión ambiental y desarrollo sostenible; y, por último, seguridad, servicios e instalaciones. Igualmente, debe mantener y superar sus estándares para que al año siguiente pueda volver a lucirla.

El programa Bandera Azul para playas, puertos y embarcaciones fue creado en 1985 por una Organización No Gubernamental, sin ánimo de lucro, la Fundación para la Educación Ambiental (FEE), cuya rama y gestor de sus programas en España es ADEAC. Se trata de un galardón ambiental, avalado por la Comisión Europea, cuya misión es promover la sostenibilidad en el sector turístico a través de la educación ambiental, la protección ambiental y otras prácticas que fomentan el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente.

Andalucía cuenta este año con 156 banderas azules para sus playas, puertos y embarcaciones turísticas. Cuatro de ellas son distinciones para espacios acuáticos de interior. Además del Encinarejo, también destaca la playa de la Breña, en Almodóvar del Río (Córdoba), un pequeño oasis de interior situado a apenas media hora de la capital cordobesa, que ha sido premiado por la calidad de sus aguas, además de por sus servicios adicionales que la convierten en uno de los lugares de referencia para huir del sofocante calor del verano cordobés.

Esta zona de baño cuenta hasta septiembre con una oferta de ocio que incluye actividades acuáticas (esquí acuático o paddel surf), barco solar y chiringuito. Este año, además, se han mejorado los accesos de tal modo que se puede llegar en coche hasta la misma playa.  La playa tiene una longitud total de 140 metros, con dos filas de sombrillas. Y desde el club náutico también se ofrece la posibilidad de practicar deportes náuticos como la pesca o la vela.

En la provincia de Huelva, cerca del litoral atlántico, hay otras dos playas de interior con Bandera Azul: la playa del Caño de la Culata, y la de San Miguel. La playa del Caño de la Culata, en Cartaya, es un mirador de naturaleza semifluida acolchado con arenas blancas que demandan gafas de sol y el jugueteo visual de los barcos al pasar. Un paisaje inigualable, privilegiado, con dunas y pinares, aguas entre la típica vegetación de ribera y los arenales. Su nombre responde a cómo se llamaba a los cauces de arroyos que en zonas marinas se introducen entre las dunas para desembocar en el mar donde forman zonas de arenas por encima del nivel del agua.

Por su parte, la playa de San Miguel, entre los núcleos urbanos de Nuevo Portil y El Rompido, tiene su principal atractivo en su pinar, que lleva directamente a una extensa playa de arenas blancas y finas. Y junto a ella un entorno natural, conjugado con todos los equipamientos necesarios para los bañistas.