Juan Francisco Heredia nos guía por este municipio que camina entre la tradición y el futuro

Beas de Segura es el municipio más occidental de la Sierra de Segura y nexo de unión de esta con las comarcas de La Loma y El Condado. Sus algo más de cinco mil habitantes —distribuidos entre Beas y las aldeas de Prados de Armijo, Cañada Catena y Cuevas de Ambrosio— lo convierten en el municipio más poblado de la Sierra de Segura y uno de sus centros de referencia a nivel administrativo y de servicios. Orientado de Este a Oeste, su accidentado relieve desciende progresivamente desde los 1.342 metros de altitud del Cerro Pegueras en las Cumbres de Beas—divisoria de aguas con el Valle de Segura y la Depresión deEl Tranco por la que discurre el Guadalquivir— hasta los 500 de la margen izquierda de río Guadalimar, límite occidental de su término municipal y al que vierten sus aguas el rio Beas y sus numerosos afluentes.

A lo largo de una dilatada historia que se remonta a más de tres mil años de antigüedad, Beas ha configurado su núcleo urbano en torno al castillo y fortaleza amurallada de Villavieja (hoy en proceso de reconstrucción), con sus edificaciones distribuidas, primero, en anillos concéntricos que descienden hacia el río y, más tarde, en una estrecha y llana franja a ambos lados de su cauce.

“Tierra deleitosa y de buen temple” — como dijo Santa Teresa de Jesús al llegar a Beas en 1575 para hacer la primera fundación carmelitana de Andalucía, el convento de San José de El Salvador—, entre calles estrechas y plazas recoletas de época medieval sus gentes han ido atesorando numerosas tradiciones como la Feria de Septiembre, antiguo mercado de ganado y hoy fiestas con un amplio abanico de actividades lúdicas y recreativas; las luminarias de San Antón y la Virgen de la Paz; la Semana Santa, que ya en el siglo XVI contaba con varias cofradías (la de la Veracruz es la más antigua) y hoy ofrece momentos emocionantes cuando al amanecer del Viernes Santo se canta la Sentencia de Pilatos seguida de las procesiones de El Paso y El Encuentro protagonizadas por El Nazareno; la romería de la Virgen de la Paz y la bendición de los campos; la fiesta de San Juan que da paso a la plenitud del verano; y, especialmente,  las Fiestas en honor  de San Marcos Evangelista. Unos festejos taurinos en los que se corren por las calles reses bravas ensogadas. Son el último vestigio del antiguo “Rito del Toro de San Marcos” y únicos por la cantidad de reses que se corren(casi un centenar en tres días), la forma de correrlas (varias a la misma vez y por las mismas calles según su instinto), atadas por los cuernos con una sola soga y engalanadas con collares de cascabeles y campanillas y aparejos de tela con bordados de vivos colores; unas peculiaridades que atraen a miles de personas y convierten a Beas en la capital de los festejos taurinos populares entre el 22 y el 25 de abril de cada año.

Además,Beas ofrece una amplia gama de actividades culturales como Biosegura, un encuentro anual centrado en el medio ambiente y el mundo rural como forma de vida alternativa (referente mundial en Cine Medioambiental con 132 películas de 28 países en 2017); el SierraRockFest, dos días de música con entrada libre en el incomparable marco del Parque Botánico de Valparaíso; la Jornadas Teresiano Sanjuanistas, dedicadas a profundizar en el conocimiento de las máximas figuras de la mística española, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que durante un tiempo fue confesor de las monjas carmelitas a las que visitaba desde su retiro en El Calvario; Conciertos de Otoño, dedicados a la música de cámara enespacios tan singulares como la Ermita de La Villa y la iglesia barroca del convento de las Carmelitas; museos (Centro de Interpretación de la Villa: el siglo XVI y La Mística, Museo Relicario del Monasterio de San José de El Salvador, Museo de usos y Costumbres, Museo de Humor Gráfico, Museo de San Marcos), visitas guiadas…  Actividades todas ellas compatibles con el disfrute de la naturaleza a través de numerosas rutas interactivas por todo el municipio entre las que destacan la primera etapa del Camino de San Juan de la Cruz que va desde Beas a Caravaca de la Cruz (pasando por Hornos, Santiago-Pontones, Nerpio y El Sabinar), y el tramo entre el Puente Mocho (época romana) y las Cumbres de Beas en la ruta de la trashumancia que une Sierra Morena con los Campos de Hernán Perea (Santiago-Pontones).

Plaza de Santa Teresa, con las esculturas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
Beas de Segura, que celebra San Marcos la próxima semana, es un municipio con una larga tradición taurina.

Beas, municipio agrícola por excelencia, también ofrece posibilidades de expansión en actividades industriales y de servicios gracias a la excelente ubicación de su Polígono Industrial junto a la N-322 Córdoba-Valencia —ya en su mayor parte autovía— que une Andalucía con el Levante español, y donde se sitúa el Aeródromo de El Cornicabral, de propiedad municipal, con 1.500m de pista asfaltada y unas condiciones extraordinarias para la práctica de deportes aéreos gracias a su más de trescientos días de sol y unos paisajes de belleza única; motivos que han hecho que la Federación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial, gestora del Centro de Vuelos Experimentales ATLAS, use sus instalaciones para la experimentación con drones y tecnologías de vanguardia como la movilidad urbana aérea, aerotaxis, transporte de cargas con drones odesarrollo de tecnologías de U-espace y estrategias de navegación conjunta entre aeronaves no tripuladas y tripuladas.

Por todo ello, Beas de Segura es un municipio a caballo entre la tradición y el futuro, donde llevar una vida saludable con múltiples posibilidades para disfrutar del ocio y tiempo libre, así como para el teletrabajo e iniciativas emprendedoras con perspectivas de futuro.

Juan Francisco Heredia Castaño. Profesor de Geografía e Historia.