Juan Antonio Parrilla González, Economista y profesor de la UJA
Fotografías de Carmen Montoro Castro
La provincia de Jaén es un Paraíso Interior, ese que en muchos casos está por descubrir y que guarda en sus adentros una amalgama cultural, paisajística y culinaria por sus 97 municipios. Entre ellos, se encuentra Castellar, una joya monumental para vivir y embadurnarse de la enorme calidad de vida que destila este pueblo y del gran legado cultural que a lo largo de los siglos le otorgan un distintivo claro de municipio candidato a ser Pueblo por la cultura y singular de Andalucía.
Castellar se configura de esta manera como un municipio cultural con cuatro espacios museísticos y un motor económico de la comarca del Condado, con empresas como Mariscos Castellar, una de las compañías más importantes de nuestro país en la elaboración y distribución de productos del mar desde 1969. Aunque de tradición olivarera, se considera importante la actividad agraria del municipio, destacando las cooperativas oleícolas San Benito y Virgen de Consolación, ésta última cabecera de comarca en cuanto a capacidad de molturación y producción de aceites de oliva de gran calidad.
Desde el punto de vista gastronómico, Castellar posee un entramado de bares y restaurantes que nos deleitan con grandes y sabrosas tapas y un buen refrigerio para cargar las pilas. Una riqueza culinaria que incluye también platos que se han transmitido durante los siglos. Muy destacables son la ajoharina, la gachamiga o los andrajos, regados con los excelentes aceites de oliva vírgenes extra o los postres decimonónicos como son los desconocidos enredos, los papajotes o los roscos de la sartén.
En el apartado turístico y cultural, con su reciente galardón y considerado dentro de la Red de Pueblos Mágicos de España, este municipio recoge sus orígenes íberos y romanos en el Santuario Ibérico de la Cueva de La Lobera, un lugar de culto y peregrinación por nuestros antepasados. Tal interés suscitó este lugar, que en su descubrimiento hace ya algo más de un siglo, fueron encontrados millares de exvotos, ofrendas realizadas en aquel lugar, y que hoy en día conservan un espacio distinguido con la creación del primer museo del exvoto reconocido a nivel nacional y que se enmarca dentro de la Ruta “Viaje al Tiempo de los Íberos”.
Realmente, vivir la magia del equinoccio de otoño, teletransporta no sólo al viajero, sino a la población local, al cambio de estación, al inicio de un nuevo ciclo y al anticipo de que una nueva cosecha se avecina. Representa sensaciones únicas, vivas e incluso se desprende un aire de elitismo al pensar que un municipio de apenas 3.400 habitantes pueda contar con un reservorio ancestral y ejemplo de cultura íbera.
En su término, son numerosos los vestigios de época romana que se encuentran recogidos y documentados gracias a la labor de un equipo técnico del área de cultura que durante años quiso revivir y contar lo que aquí se entiende por historia. Además, su conjunto monumental en el centro es un placer para los sentidos, donde se pueden visitar los numerosos museos y monumentos para deleite y conocimiento, como son el Museo de la Memoria, el Museo del Paisaje el Museo de Arqueología e Historia del municipio, donde se pueden ver muestras de los más de 50 yacimientos arqueológicos que posee Castellar, o el ya mencionado Museo del Exvoto, la Colegiata de Santiago o la Iglesia de la Encarnación en cuyo conjunto se haya, junto a este templo, una de las fachadas de la casa de la familia Díez, con elementos del tardomedievo más imponentes de Andalucía, finalizando este paseo en el recién reinaugurado Parque de Enrique Tierno Galván o Parque “del Mirador”, con unas imponentes vistas a Sierra Morena y en las que se puede obtener una bonita instantánea del patrimonio natural que nos rodea, para continuar con los diferentes senderos existentes en el municipio, como la Ruta de los Balcones del Agua o las novedades que pronto se podrán recorrer, como son el sendero de los Pasos de San Juan de la Cruz o de los Pasos de Santa Teresa como nuevas iniciativas culturales que Castellar ofrece a su población local y a sus visitantes.
Y sin duda, aparte de sus tradicionales festividades, como la romería en honor a la Virgen de Consolación o las fiestas de agosto y septiembre, un destacable es el impresionante Certamen de pintura Rápida, considerado el concurso de pintura rápida al aire libre más importante de España que se celebra desde 1999 en el mes de mayo, aunque los dos últimos años no ha tenido lugar por culpa de la pandemia. Artistas de calado nacional e internacional se dan cita y plasman el paisaje monumental castellariego en un espectáculo de lienzos y paleta.
Castellar es un conjunto de manifestaciones culturales y emocionales, es gente trabajadora y emprendedora, y todo ese paisaje, ese paisanaje y ese saboraje hace que nos sintamos como en casa. Visitar esta joya monumental debería estar en nuestra lista de deseos porque sin lugar a dudas, visitar Castellar es conocernos a nosotros mismos más. Vivirlo es un privilegio del que muy pocos están al alcance.