La comarca cazorleña apuesta por el oleoturismo para diversificar su oferta de naturaleza y su reputado aceite de oliva

(Reportaje publicado en la Agencia Efe el 10 de febrero)

Un spa temático sobre el aceite de oliva, catas sobre la variedad autóctona Royal y un hotel sostenible con biomasa procedente de huesos de aceituna son algunos de los alicientes que pueden encontrarse los visitantes que lleguen a Cazorla (Jaén) en busca del oleoturismo.

El oleoturismo se abre paso en esta comarca jiennense, que concentra la mayor oferta de turismo natural y de alojamientos rurales del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

El spa del hotel Sierra de Cazorla, situado en el municipio de La Iruela pero a escasos dos kilómetros de Cazorla, es el primero temático dedicado al aceite de oliva. Los baños termales y los masajes se utilizan para mejorar diversos aspectos relacionados con la belleza, el relax o la salud.

“Tanto la clase médica como la científica ya habían defendido los inumerables beneficios que tenía el consumo de aceite de oliva; pero ahora el sector de la cosmética y la salud han encontrado un nuevo aliado en las particularidades del aceite de oliva”, indica a EFE Carmen Amores, directora del Spa Hotel Sierra de Cazorla.

A su juicio, los masajes con aceite de oliva restablece los niveles de hidratación y tonifican la epidermis. “El ácido oleico y los antioxidantes que contienen el aceite de oliva lo convierten en un potente regenerador natural de la piel”, indica Amores.

También se oferta el masaje Cazorla, realizado con piedras volcánicas calientes, donde el terapeuta desliza las piedras untadas con el oro líquido, aliviando el estrés y calmando su musculatura.

Se da la circunstancia de que este complejo hotelero, compuesto por un hotel de tres estrellas, otro de cuatro y varios apartahoteles, es un hotel energéticamente sostenible ya que fue el primer establecimiento en España que incorporó la biomasa para agua caliente sanitaria y calefacción, utilizando el hueso de aceituna como combustible. Los residuos de la aceituna se almacenan en dos siles, con capacidad para 45.000 kilos cada uno.

Ya en pleno casco urbano de Cazorla, la firma Agraria Olearum ofrece a los visitantes un gran número de actividades y experiencias vinculadas al oleoturismo. Como una cata de aceite de oliva realizada en las mismas Ruinas de Santa María, una de las joyas arquitectónicas del municipio cazorleño.

“La cata se puede hacer con la variedad Royal, autóctona de la comarca, o con Picual y Arbequina, y también se puede acompañar de una degustación con productos de la tierra”, señala el ingeniero agrónomo Antonio Bernal, responsable de Olearum.

El chef Ramón Jurado, del restaurante Alfonso X El Sabio, también ofrece un menú degustación donde no faltan el paté de trucha cazorleña, el rinrán, el tataki de gamo o el mousse de aceituna con humo de olivo.

Para el gerente del Grupo de Desarrollo Rural Sierra de Cazorla, Juan Antonio Marín, el oleoturismo “es un producto que se abre paso en una comarca que tiene en el turismo de naturaleza su principal reclamo”.

De hecho, Cazorla, con más de 100.000 pernoctaciones y más de 44.000 viajeros en el año 2023, ha superado las cifras de ocupación previas a la pandemia.

El oleoturismo es también un complemento perfecto para el sector olivarero, que lleva dos campañas consecutivas afectado por la drástica caída de la cosecha por la situación de sequía.