Los territorios en riesgo demográfico requieren de políticas de discriminación positiva, apuntan los expertos reunidos en el foro del CES provincial
FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Panorámica de Jódar,uno de los municipios jiennenses en riesgo de despoblación.
El Consejo Económico y Social de la provincia de Jaén (CES provincial) ha celebrado este miércoles la jornada ‘Cambios demográficos y competitividad territorial’, un foro de encuentro en el que especialistas del área han debatido sobre las mejoras posibles para un territorio como el de la provincia jienense, que pierde población de forma ininterrumpida desde el año 2011, cuando la población jiennense era de 667.059 habitantes, mientras que, a 1 de enero de 2022, se cifró en 622.217 habitantes.
Esa pérdida de población se debe, en palabras de Manuel Parras, presidente del CES, “a la combinación de saldos vegetativos y migratorios negativos, como se expone en la Memoria sobre la Situación Socioeconómica y Laboral de la provincia de Jaén. “Una parte de los municipios más pequeños están en riesgo de despoblación, y la situación difícilmente cambiará si se mantienen las actuales tasas de fecundidad, la salida de la población adulta joven, la limitada presencia de primeras generaciones de población extranjera y el envejecimiento”.
En la inauguración del foro, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes, destacó que los 97 municipios de la provincia están vivos y animó a aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para asentar a la población en el territorio. “Afortunadamente, la provincia de Jaén no forma parte de aquellas zonas de España como Castilla y León o Aragón, que tienen pueblos fantasma. Nuestros pueblos están habitados, si bien es verdad que sufren el envejecimiento de la población”, indicó Reyes.
El presidente de la Diputación aplaudió la importancia de que el reto demográfico se haya incorporado a la agenda política y puso sobre la mesa datos positivos para hacer frente a la despoblación. “Casi el 80% de nuestros municipios están a menos de media hora de una vía de alta comunicación, hemos sido capaces de diversificar nuestra economía, y tenemos que ser capaces de aprovechar la oportunidad que nos dan las nuevas tecnologías o el teletrabajo”, enumeró Reyes. Por último, el presidente de la Diputación insistió en la importancia de las infraestructuras y de los servicios sociales, sanitarios o educativos para facilitar la vida en los municipios, y ha apelado a una discriminación positiva para revertir el abandono del mundo rural en favor de las grandes urbes. Eso sí, aportó un dato que no deja de sorprender: Los municipios jiennenses con una mayor tasa de desempleo son La Carolina, Bailén, Guarromán y Santa Elena, todos ellos enclavados junto a la autovía de Andalucía, A-4. «Parece claro que no todo depende de las infraestructuras y comunicaciones», observó Reyes, tras felicitarse del récord alcanzado por la provincia de Jaén en las exportaciones durante el último año, en parte gracias al dinamismo de la industria del plástico. «Para corregir los desequilibrios territoriales hay que actuar con desigualdad en los territorios más despoblados», entonó Reyes.
Por su parte, el vicepresidente del CES provincial y presidente de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), Bartolomé González, apuntó que “desde el año 2011, la provincia pierde unos 5.000 ciudadanos anualmente”, pero acto seguido destacó que “ hay posibilidades de cambiar esta tendencia, con políticas que pongan el foco en el equilibrio territorial y aprovechar las oportunidades que dan las nuevas tecnologías para asentar en el territorio el talento”.
Tras la inauguración tuvo lugar una mesa redonda conducida por Juan Carlos Rodríguez Cohard, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén, con las intervenciones de Vicente Budí Orduña, profesor titular de Fundamentos del Análisis Económico y Cátedra AVANT de la Universidad Jaume I, sobre “Mercado de trabajo, competitividad y despoblación”; Javier Calatrava Requena, de la Academia Andaluza de Ciencia Regional, para hablar de “Despoblamiento Rural: Estrategias para frenarlo”; y con Fernando Rubiera Morollón, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo y presidente de la Asociación Española de Ciencia Regional, cuya participación versará sobre “Envejecimiento y despoblación: el peligro de las ciudades medias”.
Vicente Budí apostó por introducir elementos correctores en las licitaciones públicas para discriminar positivamente a las zonas con mayor riesgo de despoblación. Calatrava situó a Jaén, Granada y el norte de Almería como las zonas más castigadas por el retroceso demográfico y lamentó que las políticas de la UE apenas hayan tenido impacto para frenar la despoblación. “Son las políticas las que tienen que adaptarse a los territorios, y no los territorios a las políticas”, subrayó. Finalmente, Fernando Rubiera planteó la necesidad de un pacto por el desarrollo territorial equilibrado entre las ciudades y la España despoblada, un pacto, añadió, que gire en torno a políticas integrales.
La segunda mesa redonda, presentada por Antonio Garrido Almonacid, profesor titular de Ingeniería Cartográfica, Geodésica y Fotogrametría, contó con la presencia de Diego Braojos Rodríguez, subdirector general de Innovación y Digitalización de la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con una intervención titulada “La estrategia de digitalización del medio rural”; y José Antonio González Martínez, jefe del Servicio de Sociedad de la Información de la Dirección General de Telecomunicaciones y Transformación Digital de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, para hablar sobre “Territorio Rural Inteligente”.
Muy interesante resultó la ponencia “Cambios demográficos en las capitales de provincia”, a cargo de Joaquín Recaño Valverde, del Centro de Estudios Demográficos y profesor titular de Geografía Humana de la Universidad Autónoma de Barcelona, que fue presentado por el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Jaén, José Domingo Sánchez Martínez. La de Recaño fue, sin duda, la intervención más controvertida de todos los ponentes. Dibujó un panorama poco alentador de las zonas rurales más despobladas (a las que vaticinó que sólo les queda recibir curas paliativas) y expuso una teoría polémica sobre las inversiones en infraestructura en estas zonas. “Hay que hacer más y mejores carreteras para llegar a las zonas rurales? Mi respuesta es clara: No”, expuso el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, que argumentó su tesis en base a que, dada la escasez de recursos, no resulta óptimo invertir en zonas con poca afluencia, además de ser inasumible el coste del mantenimiento anual de esas vías. Y destacó como uno de los principales problemas para el poblamiento de estas zonas la falta de viviendas y de accesibilidad a las mismas.
De igual forma, el ponente desmontó el mito de que la pandemia ha propiciado el famoso éxodo rural. “La pandemia ha tenido un efecto coyuntural sobre los cambios demográficos, pero no lo va a tener más, ya hay estudios que pronostican que en 15 años un tercio de la población española vivirá en Madrid y Barcelona”, dijo Recaño, tras añadir que han sido las periferias urbanas las más (y casi únicas) beneficiadas de esos cambios demográficos. “La verdadera movilidad durante la pandemia se ha dado en el interior de las ciudades, entre los distintos barrios”, zanjó.
Las jornadas fueron clausuradas por los sindicalistas Manuel Salazar (UGT) y Juan F. Jumillas (CCOO), ambos vicepresidentes del CES provincial. Jumillas advirtió de que Jaén está en la mitad de la media en cuanto a densidad de población, apostó por las escuelas taller para generar empleo local entre los jóvenes y reivindicó acabar con la brecha salarial entre las urbes y las zonas rurales.