Andariegos de la Sierra de Segura recrean los senderos que recorrió el carmelita en el siglo XVI
FOTOGRAFÍAS: JESÚS LLOPIS Y ANGEL MUÑOZ, EL FOTOS.
El ‘Camino de San Juan de la Cruz’ empieza a cobrar vida siguiendo la huella de San Juan de la Cruz, el carmelita que en el siglo XVI iluminó este gran sendero lleno de naturaleza que se convierte en un festival de colores por la inmensidad de sus paisajes. Ocho municipios, cuatro provincias y tres comunidades vertebran el que podría denominarse como el ‘camino de Santiago’ del sur de España que ahora se ha puesto en valor turístico.
Durante el último puente festivo del Primero de Mayo, un grupo de andariegos (acepción propia de Santa Teresa con el que se conoce a estos senderistas) han recorrido parte del Camino, en concreto desde Santiago de la Espada hasta Caravaca de la Cruz (Murcia), en una peregrinación organizada desde el colectivo Artemix de Santiago-Pontones y las parroquias Norte de Segura. Todos ellos han valorado de manera muy positiva esta experiencia, considerada un viaje al interior y que recorre parajes de excepcional belleza. Los miembros de Artemix ya llevaron con anterioridad la escenificación teatral de la vida de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
La peregrinación segureña transcurrió por las siguientes etapas:
Santiago de la Espada-Nerpio ( 32,2 km)
Junto al puente del río Zumeta, por donde transcurre el camino sanjuanista, el grupo de teatro aficionado Artemix ha llevado a cabo una escenificación de la vida de San Juan de la Cruz y su encuentro con Santa Teresa de Jesús, con los hábitos (algunos de ellos intactos desde el siglo XVI) prestados por los propios carmelitas. Es su contribución a la divulgación de un camino que los lugareños quieren ahora explotar turísticamente. Mariano Ibáñez Robles, en el papel de San Juan; Pepa Valle Valle, Santa Teresa; Mariluz Castillo Lara, Ana de Jesús; Jesús Martínez Ramos, fray Domingo; María Jesús Martínez Alcaraz, la novicia; y Delia Rodríguez Valle son algunos de los actores que este mes de octubre han llevado la representación teatral tanto a Pontones como a Santiago de la Espada.
En la vega del Zumeta, entre huertas y labranzas, parte el camino que nos conduce a Nerpio, en Albacete. Poco más allá el río se encaja entre montañas y aparece el hermoso cañón del Zumeta, cerca del viejo camino de herradura con muros de contención de piedra seca en vaguadas y taludes. El pico de esta etapa se alcanza en la Sierra de Huebras ( 1.575 m), pero muy cerca de allí se otea un amplio horizonte del valle y lejanas sierras al sur como las Cabras, la Guillimona, la Sagra o Castril, éstas últimas la incursión que hace la ruta en la provincia de Granada.
A Castilla-la Mancha se entra en cuanto se toma el desvío hacia Nerpio, al dejar la carretera A-317. La bienvenida al viajero se la da el hermoso valle del río Taibilla y llama la atención la estampa tan singular de la aldea de Las Quinterías, bajo un gran abrigo rocoso que por momentos emula al cañón del Colorado. A Nerpio llegaremos tras una parada previa en la pedanía de Pedro Andrés, donde sobresale la silueta del castillo santiaguista de Taibilla conocido como el guardián de la frontera, y siguiendo la deliciosa ruta de los nogales centenarios, que adquieren en otoño todo su esplendor cromático y paisajístico. Pedro Andrés es también un buen lugar para disfrutar de la gastronomía de esta ruta sanjuanista. Platos como el potaje carmelitano, las migas de harina y el ajoharina, el ajo modorro, atascaburras, olla gitana, ajo pringue o la sopa castellana son los más señeros de la cocina tradicional de esta inmensa comarca.
Nerpio hasta El Sabinar, (21,1 km).
El paisaje de Nerpio es grandioso. La alternancia de grandes sierras y montañas (se llega a alcanzar los 2.000 metros en la Sierra de las Cabras) con valles y barrancos, ofrecen una continua sorpresa al andariego. En este municipio albaceteño, donde confluyen los ríos Taibilla y Acedas, destaca su puente de piedra realizado en 1903 que es una joya de ingeniería.
Entre Nerpio y Moratalla se encuentra la mayor concentración de abrigos de arte rupestre, sobresaliendo por su importancia el de Solana de las Covachas. Se trata de un conjunto de pinturas en multitud de cavidades rocosas –la mayoría de estilo levantino y también esquemático neolítico- que forman parte del arte rupestre del arco Mediterráneo en la península ibérica que en 1998 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. La etapa concluye en la pedanía de El Sabinar, a la que se llega por una llanura entre almendros, plantas aromáticas y otros ejemplares recios y vetustos, de sabina albar, en su emplazamiento ibérico más meridional.
El Sabinar hasta Caravaca de la Cruz, (36 km)
La última (o primera, según se mire) etapa del camino es la más larga pero también la más suave. Discurre en buena parte por el amplio y llano Campo de San Juan, rodeado de altas sierras, con suaves ondulaciones entre el cereal, la lavanda, apriscos y el sonido de esquilas de ganado. Cerca queda el curso alto del río Alhárabe que nos guiará hasta embalse de La Risca hasta la aldea del mismo nombre. El Collado de la Cruz, de algo más de 1.100 metros de altitud, es la última dificultad que hay que afrontar antes de divisar Caravaca, sin duda uno de los municipios donde la huella de San Juan de la Cruz queda más patente.
Caravaca nos recibe con la escultura de San Juan de la Cruz, andariego, obra de Rafael Pi Belda (1986). A escasos metros se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora del Carmen de los Carmelitas Descalzos, fundación de San Juan de la Cruz (1587), hoy convertido en hospedería rural. También conviene visitar la Casa de San Juan de la Cruz, donde se alojaron los frailes en 1586 mientras se adecuaba el que sería el convento de Nuestra Señora del Carmen; y la antigua Iglesia de la Compañía de Jesús, hoy un gran espacio cultural que alberga un gran lienzo del carmelita realizado por el pintor jiennense Santiago Ydáñez.
“Es un camino con una originalidad propia que no debe perder su identidad y que sirve para descubrir la universalidad de un personaje como san Juan de la Cruz, uno de los pilares de la mística occidental”, resume Pascual Gil Almeda, prior de los Carmelitas Descalzos en Caravaca y principal artífice de la puesta en valor turístico de esta ruta. Precisamente, el padre Pascual Gil recibió al grupo de peregrinos de Santiago-Pontones a su llegada a Caravaca de la Cruz.