El prestigioso diseñador de Ventas de Carrizal participa en la campaña ‘Gitana’ de la cervecera Cruzcampo donde se reivindica la nueva Andalucía

En el marco del Día de Andalucía, la cervercera Cruzcampo ha lanzado su última campaña bajo el nombre ‘Gitana’ en la que reivindica la nueva Andalucía y busca reflejar precisamente esa riqueza cultural conformada por elementos de la cultura popular y por nuevas generaciones que, respetando las raíces, traen una propuesta renovadora y desacomplejada.

 Cruzcampo vuelve a traer al presente iconos como Lola Flores, Camarón de la Isla o la propia Martirio, que hace una breve aparición en ‘Gitana’. Pero también rostros nuevos que acompañan a la protagonista al final de su viaje de autodescubrimiento y que representan a esa Andalucía joven que afronta su futuro orgullosa de sus raíces y libre de clichés. Algunos emergentes, otros más consagrados, los miembros de esta nueva generación hablan de acento, de manosear las raíces para hacer cosas distintas en multitud de disciplinas como la danza, la moda, la música, el tatuaje o el diseño gráfico.

Ellos son la coreógrafa Triana Ramos, los diseñadores Leandro Cano y ArteKm22, los músicos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba y Negro Jari, el tatuador Jorge el del Llorón, el diseñador gráfico Su_penkissima y la bailaora Carmen Avilés. Todos aparecen en la escena final en la Punta de San Felipe, llena de simbolismo, donde se detienen a mirar el horizonte. “Al otro lado, el futuro incierto, un mar revuelto, olas que rompen en ese malecón. Pero ahí están ellos, firmes, mirando al futuro orgullosos de lo que son y de donde son», explican desde Cruzcampo.

El diseñador natural de Ventas de Carrizal (Jaén), Leandro Cano (@leandrocano), es uno de esos jóvenes profesionales con un nombre ya consagrado durante 10 años en el complicado mundo de la moda. Y lo ha hecho manteniendo su apuesta por los oficios tradicionales y la artesanía andaluza. En “Gitana”, Cano reinventa el vestido de las muñecas gitanas multiplicando sus ángulos y sus contrastes, degradando lunares y haciendo que sus volantes asimilen el gesto de la decorativa muñeca. “Siempre he tenido un cariño y una fascinación especial por la muñeca de gitana. De hecho, me había rondado por la cabeza muchas veces hacer algo con ellas. Es una seña de lo que nos corre por la sangre, seas flamenco o folclórico, o no. Es la calidez de nuestro hogar, de quiénes éramos y lo que nos ha traído hasta aquí, estemos donde estemos” dice Leandro Cano.

 Acostumbrado a grandes producciones de moda, el trabajo para la campaña de Cruzcampo fue un proyecto retador para el diseñador, ya que el guion incluía muchas escenas de acción para las que se confeccionó una réplica más ligera del traje de alta costura, que pesaba unos 30 kilos.