Ana Santiago llegó desde Málaga a una casa forestal en la Sierra de Segura, donde triunfa como tejedora artesanal
“Para mí no hay ninguna duda, el medio rural aporta mucha mayor calidad de vida y más cercanía”. La artesana malagueña Ana Santiago Lineros llegó hace siete años desde la provincia de Cádiz hasta la casa forestal El Pilarillo, en plena Sierra de Segura, en el municipio de Orcera. Y lo hizo por convicción propia, buscando la mejor armonía con la naturaleza como fuente de inspiración para su actividad profesional. Tal y ha sido la alianza entre Ana y el medio natural que hace unos meses fue galardonada en los Premios Nacionales de Artesanía 2020 gracias a su trabajo con los telares de bajo lizo, recuperando un oficio, poniendo en valor el mundo rural y apostando por la sostenibilidad.
Podría decirse que Ana Santiago ha desmontado muchos tópicos que siguen lastrando la imagen del medio rural. “Aquí tienes acceso casi a todos los servicios que en una ciudad grande, pero si cabe con más comodidades y mucha más tranquilidad”, señala esta artesana que regenta la microempresa AyF Tejedores cerca de la aldea de La Hueta. Ana fue premiada por su trabajo “El Eterno Vaquero”, una colección de piezas en las que el jurado valoró el diseño complejo, contemporáneo y de alta calidad, realizado a partir de fibras naturales recicladas de vaqueros usados. Un trabajo que incide en la importancia de la reutilización de materiales, de converger hacia un desarrollo sostenible.
Aunque no fue fácil hacerse con la casa forestal de El Pilarillo, donde vive junto a su pareja merced a una concesión administrativa, Ana Santiago tiene claro que es aquí donde quiere estar. “Es otra forma de vida, o te gusta o no te gusta, no hay medias tintas”, subraya, mientras resta trascendencia a hechos como que disponga de Internet vía satélite, que el agua la saquen de un aljibe, que la luz la tengan con placas solares y que a falta de suministro eléctrico se calienten con los palos de una chimenea. “Nada de eso tiene tanto valor como el placer de escuchar el ruido de los pájaros o contemplar el crecimiento de una pareja de cárabos nacidos enfrente de nuestra casa”, valora Santiago.
Ana Santiago, natural de Campillos (Málaga), llegó a Orcera desde Chiclana de la Frontera (Cádiz) para recuperar un oficio artesanal único. Una graduada social que dejó atrás quince años de trayectoria, en un puesto directivo que no la llenaba, por una artesanía que es su pasión. Y un entorno, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, a seis kilómetros de Orcera, donde siente que está su casa. En El Pilarillo el visitante puede participar en una visita guiada personalizada, donde tiene la oportunidad de conocer de primera mano el oficio de tejedor artesano, puede ver funcionamiento algunos de sus telares sin mecanizar, las fibras naturales, los útiles y herramientas, y la exposición de piezas terminadas, que se pueden adquirir tanto en la tienda física como on line (ayftejedores.es). Y con toda su ilusión sigue adelante, creando y mejorando, optimizando la venta online y dando pasos hacia la internacionalización.
Su taller está declarado por la Junta de Andalucía como Punto de Interés Artesanal (PIA) y la artesanía de Ana Santiago son piezas únicas de diseño, tradicionales y contemporáneas, tejidas a mano una a una en telares sin mecanizar. Piezas diseñadas y hechas en la Sierra de Segura, totalmente sostenibles porque teje solo con fibras naturales de primera calidad, fibras ecológicas certificadas y fibras recicladas (lana, alpaca, mohair, algodón, yute, seda…). “Tengo la fortuna de que mi trabajo puede desarrollarse desde cualquier lugar, pero es aquí, en plena sierra, donde me siento más feliz”, concluya Ana Santiago, que el mes pasado se casó en los Juzgados de Orcera con Francisco Carrasco, su pareja desde hace 17 años.