El espárrago blanco revolucionó la vida de Bedmar, y ahora se busca impulsar este cultivo

Durante las décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo, la finalización de la campaña de la aceituna marcaba el punto de partida de centenares de bedmareños hacia tierras de Navarra para trabajar en las campañas del espárrago y de otros cultivos. Ese éxodo masivo, que arrastraba consigo a familias enteras dejando sin escuela a muchos niños, se frenó a principios de los 90 cuando Bedmar importó el modelo navarro y empezaron a proliferar las pequeñas explotaciones de dos hectáreas de espárrago blanco gestionadas en régimen de cooperativa. El conocido como el milagro del oro blanco no sólo revolucionó la economía local sino que frenó en seco la emigración (que aquí se prolongaba durante ocho meses).

“Mi mayor satisfacción, además de ver cómo se pasó de ser un pueblo de emigrantes a acoger a trabajadores de otros puntos de la comarca, fue que logramos que los hijos de los emigrantes se quedaran en el pueblo gracias a la residencia escolar y así pudieran continuar sus estudios; hoy, muchos de ellos tienen ya sus carreras”, explica Antonio García Martínez, que fue uno de los iniciadores de  la introducción de este cultivo en Bedmar a principios de los años 90 del siglo pasado, siendo alcalde primero y concejal después del Ayuntamiento de Bedmar.

En 1991, Antonio García, al que todos en Bedmar conocen como el Tigre, fundó con un grupo de un centenar de emigrantes retornados de Navarra la cooperativa Mágina Hortofrutícola, que empezaba las plantaciones de las primeras esparragueras en esta zona de Sierra Mágina. La cooperativa se creó con la vocación de transformar y comercializar el producto de sus socios, para lo que en 1994 inicia la construcción de su propia fábrica conservera de la que salen los primeros botes de espárrago el 5 de marzo de 1995.

Sobre estas líneas, empleadas de la cooperativa Mágina Hortofrutícola a finales de los años 90; arriba autobuses que partían de Bedmar en los años 80 con emigrantes hacia Navarra. FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR ANTONIO GARCÍA MARTÍNEZ.

El milagro del oro blanco permitió el retorno de más de un millar de personas que encontraron trabajo en su pueblo, que llegó a tener tres fábricas y dos conserveras. La cooperativa llegó a ofrecer hasta ocho meses de trabajo a unos 200 empleados (la mayoría de ellas mujeres) en tres turnos diarios. En 1999 se llegó a recoger más de un millón de kilos de espárragos y algo más de millón y medio de pimiento verde.

Bedmar celebra estos días la séptima edición de la Feria del Espárrago Blanco, que ha sido pregonada por Antonio García Martínez, también presidente de la Asociación de la Prensa de Jaén (APJ) y de la Demarcación de Jaén del Colegio de Periodistas de Andalucía. “Os animo a seguir trabajando en el milagro del oro blanco, tenemos los mejores recursos para ello y la experiencia de los emigrantes retornados”, fue el mensaje final que trasladó Antonio García a sus paisanos durante el pregón de una feria que se prolonga hasta este domingo, y que se hace coincidir, con el inicio estos días de la campaña de recolección de este producto en las zonas productoras de la provincia. En esta ocasión la muestra esparraguera bedmareña, única de su sector que se celebra en Jaén y Andalucía, recupera este año su formato original con la presencia de público en las actividades, después de los dos últimos años en los que principalmente ha tenido un desarrollo virtual a causa de la crisis sanitaria de la Covid-19.

“Somos nosotros los que tenemos que liderar nuestros proyectos, no van a venir desde fuera a hacerlo”, señalaba el alcalde de Bedmar-Garcíez, Pablo Ruiz Amezcua, al dar inicio a una Feria con la que se quiere incentivar de nuevo el cultivo del espárrago blanco para que recobre el potencial que llegó a tener hace dos décadas. Gracias a esa Feria los autobuses han vuelto a llegar a Bedmar, pero no para llevarse a emigrantes sino con visitantes de los pueblos de la provincia que han llegado a conocer el milagro del oro blanco.

El periodista bedmareño Antonio García Martínez, durante su pregón de la Feria del Espárrago Blanco.

Un Concurso gastronómico con la base del espárrago blanco en las recetas participantes, la elección de un producto invitado de la gastronomía provincial que durante las jornadas de la feria va a ser coprotagonista de las actividades junto al espárrago, en este caso, el producto invitado va a ser el aceite de oliva virgen extra que se produce en la cooperativa Bedmarense con el marchamo de calidad de la Denominación de Origen de Sierra Mágina, han sido las dos novedades de esta edición en la que tampoco van a faltar las relacionadas con la gastronomía del espárrago, la cocina en directo para los más pequeños con algunos de los principales cocineros de la provincia, las degustaciones de tapas o la presencia de tradicional mercado de Degusta Jaén.

“Este año recuperamos el espíritu original de la feria, que no era otro que mostrar a los vecinos y visitantes que llegan ese fin de semana a Bedmar lo que supone el cultivo del espárrago blanco en nuestra localidad, que desde principios de la década de los 90 se ha convertido en una alternativa al olivar, enseñando desde el proceso de recolección en el campo hasta su transformación en la planta conservera de la localidad”, señalaba el alcalde de Bedmar-Garciez, Pablo Ruiz Amezcua, en el acto de presentación de la feria.

Las actividades de la Feria del Espárrago están animadas con la presencia de la mascota de la muestra, Yemita, que recorrerá los centros de interés del programa en el que tampoco faltará la música en directo con el grupo  ‘Chaman’ que rinde tributo a los temas de los años 80 y 90.

Gracias a esta Feria del Espárrago Blanco  los autobuses han vuelto a llegar a Bedmar, pero no para llevarse a emigrantes sino para con visitantes de los pueblos de la provincia que han llegado para conocer el milagro del oro blanco.

Puestos de Degusta Jaén durante la Feria del Espárrago Blanco de Bedmar, este sábado.