Sebastián Lozano presenta en Jaén su novela «Los sueños efímeros», sobre la generación que forjó la Transición democrática

Dos mundos opuestos, el rural de Jaén y el urbano de ciudades como Madrid, París o Montevideo, se entrelazan en “Los sueños efímeros” (editorial Liberman), el segundo libro de Sebastián Lozano Mudarra (Campillo de Arenas, 1958). Se trata de una novela sobre la generación que forjó la Transición Democrática en España y también una novela amores que parecen imposibles, el de dos jóvenes que maduran al mismo tiempo que lo hacen los impulsos de cambio del país. La novela se presentó en la Biblioteca Provincial de Jaén (de la que Lozano es socio número 5) dentro de la programación del Centro Andaluz de las Letras y contó con la participación de Pedro Molinao, editor de Liberman, y del periodista Ginés Donaire, creador de ALMA DE PUEBLOS.

Sebastián Lozano fue testigo en primera persona de esa etapa histórica, la Transición, que ahora recrea en esta novela a modo de autoficción, aunque los nombres de los políticos y sindicalistas que aparecen en la misma (muchos de ellos con los que colaboró Lozano) sí son reales.

Lozano, al igual que los protagonistas de la novela, se autodenomina como un misionero revolucionario de esa época en una trama que muestra el retrato de una juventud comprometida con la conquista de las libertades democráticas en España. Una generación joven comprometida con una transformación  radical, un sueño que termina aceptando la “reforma política” y no la “ruptura democrática” que propugnaba.

Sebastián Lozano es, sobre todo, un activista del medio rural. Durante muchos años, y hasta su reciente jubilación, ha sido gerente de la Asociación de Desarrollo Rural del Condado, Asodeco, desde donde fue el precursor y protagonista de los principales programas comunitarios puestos en marcha en esta y en otras comarcas jiennenses tan castigadas por la despoblación.

Sebastián Lozano es hijo de la emigración. Aunque nació en Campillo de Arenas, muy joven partió hacia Madrid a estudiar la carrera de Veterinaria, y luego ha vivido en varios lugares, como Aranjuez (donde fue concejal en la segunda legislatura democrática), en Úbeda y, sobre todo, en la que es su morada preferida, la Huerta de los Frailes, en el barranco del Monasterio de Cazalla, en Carchelejo.

Desde ese lugar mágico, Sebastián cultiva su pasión por la lectura, por la naturaleza, por la agricultura y también su afición a la pintura. Un lugar desde donde promueve el proyecto Abierto por Arte, que da proyección a muchos pintores y escultores. Y conocida es también su pasión por la lectura, siendo el impulsor de los Clubes de Lectura creados en la comarca de El Condado.