El periodista Ezequiel Martínez cree que la codicia y la falta de altura de visión estratégica ha echado por tierra la candidatura del Paisaje del Olivar a la Unesco

Ezequiel Martínez, Periodista y escritor

«Presta atención al momento en que oirás el graznido de la grulla, que cada año chilla desde lo alto de las nubes. Su graznido es la señal de la siembra y anuncia la llegada del invierno lluvioso». (Los trabajos y los días, Hesiodo, s. VIII y VII a. C.)

Comienza el nuevo año. Consumados los hechos. Algunos tendrán que cargar con la irresponsabilidad y la imbecilidad, si me permiten, de haber tirado por la borda diez años de trabajo y esfuerzo común para elevar al paisaje del olivar de Jaén y del resto de Andalucía a la declaración de patrimonio mundial de la UNESCO. En este asunto, importante para el futuro de Jaén y del olivar andaluz, hay que buscar culpables. Es inconcebible que alcaldes, agricultores, algún Presidente de Diputación, organizaciones agrarias y hasta la misma Junta de Andalucía se hayan desmarcado, o lo peor, hayan apostado por ir en contra de esa posible declaración, por la que ahora otras regiones españolas y otros países mediterráneos competitivos con nuestra aceituna estarán locos por aspirar a ella.
Es inaudito, que una candidatura que contaba con el apoyo de prácticamente todo el sector del olivar andaluz, y de la sociedad jiennense y andaluza, se haya ido al garete por la falta de altura de miras y la necedad y estupidez de unos cuantos. Claro, luego nos hemos enterado que había otros intereses en la zona 14 (Lopera, Arjona, Porcuna), vender o alquilar las tierras olivareras a macroempresas o fondos de inversión que proyectan arrancar miles de olivos en esa zona de Jaén, para sembrar placas fotovoltaícas. Decimos sí, a la instalación de placas fotovoltaicas para cumplir con la transición energética, pero no a cualquier precio, y menos a costa de destruir cientos y miles de hectáreas de olivares y olivares, para dejar la tierra baldía bajo las placas.
Y ya me dirán lo que supondrá la pérdida de puestos de trabajo que generaba la campaña de la aceituna y el cuidado anual del olivar. Durante mis largos años en «Tierra y Mar» he visto la evolución del olivar jiennense y andaluz, y me resulta incomprensible que la codicia y la falta de visión estratégica futura en determinados personajes y colectivos hayan hecho posible antidemocráticamente, frente a una mayoría que lo deseaba, que el paisaje del olivar andaluz y el AOVE hayan perdido una oportunidad de oro, para su proyección internacional. Yo acuso a los responsables de esta debacle de irresponsables y negligentes y espero que la historia les señale como culpables de esta sinrazón, contraria a los intereses del conjunto de la sociedad de Jaén y de Andalucía.

El Acuerdo UE-Mercosur ha generado polémica. Tras 25 años de negociaciones, el 6 de diciembre de 2024 se firmó el acuerdo en Montevideo por parte de los Presidentes de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, y la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen. El acuerdo creará un mercado de casi 800 millones de consumidores y se basa en tres pilares: comercio, diálogo político y cooperación; eliminará más del 90 % de los aranceles bilaterales, reduce las barreras no arancelarias y armoniza barreras técnicas, licitaciones públicas, medidas sanitarias y fitosanitarias; protege más de 350 indicaciones geográficas europeas y 220 del Mercado Común del Sur. Respecto a Sostenibilidad, se compromete a apoyar los Acuerdos de Paris, 2015, a combatir el Cambio Climático y a respetar los derechos laborales recogidos en la OIT. La UE destinará 1.800 millones de euros para apoyar la transición verde y digital en el Mercosur.
El Acuerdo exige que los productos agroalimentarios cumplan las estrictas normas de seguridad europeas. Este Acuerdo tardará más de un año en entrar en vigor, porque necesita la ratificación del Consejo y del Parlamento Europeos. Un mínimo de cuatro Estados que representen al 35% de la población de la UE podrían bloquearlo. Hasta el momento Francia, Austria y Polonia se oponen al Acuerdo. Según el Real Instituto El Cano, de ratificarse el Acuerdo la UE tendría libre comercio con el 94% del PIB latinoamericano, frente al 44% de EEUU y el 14% de China, pasando a ser la UE, el principal socio estratégico de América Latina. Un estudio de la «London School of Economics» estimado para 2032, cifra en 10.900 millones de euros el aumento del PIB para la UE (0,1% del PIB); y en 7.400 millones de euros para el Mercosur (0,3% del PIB). En España, la Secretaria de Estado de Comercio estima que el PIB español podría crecer hasta un 0,23% con el Acuerdo.
Los agricultores y ganaderos franceses rechazan el Acuerdo de la UE con Mercosur. En España, miles de agricultores y ganaderos también lo rechazan por temor a la entrada de productos agroalimentarios con precios más bajos y sin cumplir con las normas comunitarias más exigentes en materia de sanidad y fitsanitarios. Temen que el Acuerdo provoque el abandono de la actividad y el despoblamiento rural. Los ganaderos de vacuno creen que el Acuerdo les perjudicará por la entrada de carne a mejor precio, y critican que usen el clembuterol para engordar a los animales, algo prohibido en la UE. El Ministro del ramo, Luis Planas, ha señalado que el acuerdo es una gran oportunidad para España y la UE, porque se podrán ampliar las exportaciones a más de 260 millones de consumidores americanos. El sector anuncia protestas para este 2025. Y no me olvido del genocidio de Israel contra el pueblo palestino en Gaza y Líbano, ni de la invasión rusa en Ucrania. ¡Salud, Paz y sentido común para el nuevo 2025!