Los restos de un templo con influencias góticas, que estaba embutido entre cinco inmuebles, revoluciona la fisonomía del casco antiguo de Jaén

FOTOGRAFÍAS: ÁLVARO TORRES MONTORO

Pocas veces una intervención arqueológica ha dado para tanto. Es lo que ha ocurrido en uno de los barrios más castizos de Jaén, en pleno casco histórico. La demolición previa de cinco viviendas adosadas ha puesto al descubierto los restos de la iglesia de San Miguel, un templo declarado Bien de Interés Cultural pero que estaba en la Lista Roja del Patrimonio por su clamoroso estado de abandono.

“Estamos reescribiendo la historia de la ciudad”, asegura, convencido, Vicente Barba, arqueólogo municipal y principal responsable del proyecto de intervención de un espacio que los jiennenses están redescubriendo ahora tras siglos de oscuridad. Junto a las estructuras de la iglesia, también se han localizado restos de frescos góticos y otros posteriores renacentistas. Además, el hecho de que el templo se asiente en lo que fue la antigua Aurgi romana, lleva a los arqueólogos a pensar que puede haber restos de esta civilización en el subsuelo.

Esta ambiciosa actuación urbanística ha revolucionado la fisonomía del corazón del casco antiguo de Jaén. Tanto es así que el Ayuntamiento quiere convertirlo en un nuevo atractivo turístico para la ciudad. “Poco a poco vamos desengranando un lugar que en el futuro queremos que sea una ruina arqueológica visitable, incorporado al barrio como un espacio público y un atractivo turístico y cultural más”, ha señalado el concejal de Cultura, José Manuel Higueras. También se piensa en volver a recuperar la portada, ahora en el Museo Provincial, mediante una réplica en 3D.

De momento, y para hacer partícipe a la ciudadanía de los hallazgos encontrados y de la historia que el edificio ha encerrado durante siglos, el Ayuntamiento capitalino ha organizado una serie de visitas guiadas. “La filosofía de este programa es que la gente pueda visitar los avances en la intervención mientras se sigue trabajando en los restos,”, ha explicado Higueras

La intervención arqueológica ha permitido rescatar hasta ahora arcos apuntados y ménsulas labradas del siglo XIV y XV sobre las que descansaban las bóvedas del templo. También se han identificado nuevos frescos y decoraciones de yeso en las capillas que han surgido de las viviendas, además de parte del altar y el ábside de la iglesia. Son decoraciones que coinciden con la época de mayor esplendor de la iglesia, probablemente de los siglos XVI y XVII.

Los técnicos han detectado además restos de construcciones de mucho tiempo atrás. Se trata de sillares tallados, columnas y diversos elementos que hacen pensar al equipo de arqueólogos que pudo existir un edificio previo de época romana sobre el que se edificó en parte la iglesia de San Miguel.

“Las acciones programadas es lo que se conoce como arqueología de la arquitectura, que es la intervención arqueológica integral de todos los inmuebles de la iglesia, con un estudio de todos los elementos que conforman el entramado de casas que la engloban, desde el subsuelo a las paredes”, sostiene el arqueólogo Vicente Barba.

Todos los técnicos que participan en este proyecto están convencidos de que los trabajos van a deparar aún más sorpresas. Y es que, al igual que ocurre con otros templos jiennenses, como la Catedral y la Magdalena, muy cercana a San Miguel, es muy posible que bajo lo que fue el templo cristiano  se localicen testimonios de un lugar de culto musulmán, una mezquita, como ocurre con la aljama sobre la que se edificó la seo jiennense.

De forma paralela a la intervención arqueológica, un equipo un equipo multidisciplinar que forman arquitectos, arqueólogos, historiadores, aparejadores, archiveros o historiadores del arte, trabaja en la digitalización y estudio de los libros de fábrica de la Iglesia de San Miguel. Estos manuscritos arrojan luz sobre cómo era el Jaén de los siglos XVI al XVIII y recogen aspectos sobre la contabilidad de la Iglesia en ese periodo.

Entre las páginas de estos libros se encuentran detalles como  las arrobas de vino que gastaba cada año la Iglesia, los ingresos que obtenían del alquiler de casas, olivares o diezmos e incluso lo que cobraba un determinado organista.  

El Ayuntamiento de Jaén está aprovechando esta intervención arqueológica (que se va a prolongar durante todo este año) para   el arreglo integral de seis calles próximas a la iglesia de San Miguel. Se centrará en la calle Carnero, plaza de San Juan de Dios, calle San Miguel, Cuesta de San Miguel, Lavanderas y plaza Santo Domingo.

Esta intervención cuenta con una inversión global de 1,5 millones de euros y se ejecuta con fondos europeos de la estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI) cofinanciada por fondos Feder y municipales.