A sus 94 años, el escritor es homenajeado en la entrega de los Premios Literarios de Santiago-Pontones
El centro cultural Lugar de Encuentro de Santiago de la Espada ha acogido el acto de entrega de premios literarios del concurso organizado por la Asociación Cultural Zurribulle y patrocinado por el Ayuntamiento de Santiago-Pontones
Premiados;
Categoría General
Primer premio para D. Juan de Molina ( 350 euros y trofeo)
Segundo premio para D. Jose Ignacio Tamayo ( 150 euros y trofeo)
Categoría Juvenil
Dª Lucía Cárdenas Soldán ( 100 euros y placa )
Premio especial por su trabajo de recuperación de la Memoria Histórica de Pontones y sus aldeas (sobre todo de las aldeas desaparecidas con los despropios) a D , Francisco Fernández Punzano que con sus 94 años mantiene una memoria privilegiada.
A sus 94 años, Francisco Fernández no para de escribir cada día desde su casa de Pontones rememorando la memoria de las muchas aldeas de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas que fueron condenadas a muerte por las políticas de repoblación forestal que trajo consigo la declaración del Coto Nacional de caza. Otros núcleos corrieron idéntica suerte al ser expropiados para la construcción del pantano de El Tranco. Francisco es uno de los últimos pobladores vivos de aquellos parajes que hoy ya solo forman parte de la memoria sentimental de los serranos.
Aldeas como Las Canalejas, donde nació y se crio Francisco y donde empezó a trabajar desde muy pequeño como correo para poder ayudar a su familia. Más tarde sus estudios por correspondencia le dieron la titulación necesaria para poder trabajar como administrativo en el Ayuntamiento de Santiago-Pontones, un municipio nacido en 1975 de la fusión de Santiago de la Espada y Pontones. “Quisiera expresar, a mi manera al menos parte de la historia serrana del siglo pasado, pues no quiero que cuando pasen cien o doscientos años, a los que vivan, les ocurra igual que a nosotros, que no podamos conocer nuestro origen. Es bueno conocer nuestro pasado y cómo se comportaron nuestros antecesores, pues su experiencia y su actuación nos puede servir para tomar decisiones en el futuro”, escribe Francisco Fernández en una de sus últimas publicaciones, “Sucesos, casos y cosas de la Sierra”, donde ha contado con la colaboración de sus hijos Serafín y Ángel en la edición y las ilustraciones del libro.
Francisco Fernández Punzano nació en 1929 en la desaparecida aldea de Las Canalejas. Fue el mayor de siete hermanos, lo que le obligó a trabajar desde muy pequeño para ayudar a la familia. Sus empleos como dependiente y correo le permitieron andar por toda la sierra y conocer las costumbres de cada rincón.
Cuando cumplió los 14 años, compaginó su trabajo con los estudios por correspondencia, ya que no tuvo la oportunidad de hacerlo de otra forma. Obtuvo la titulación de “Cultura general y tenedor de libros” lo que le permitió trabajar como administrativo del Ayuntamiento de Santiago-Pontones, un puesto que le ayudó a conocer más en profundidad a todos los habitantes de los numerosos núcleos de población de este municipio y, al mismo tiempo, ser testigo de los cambios que ha experimentado la Sierra de Segura desde la finalización de la Guerra Civil.
No fue hasta su jubilación cuando Francisco activó su pasión por la escritura, lo que le ha llevado ya a publicar casi una decena de libros “con la intención de que perdure la historia de estas sierras”, señala Francisco en el encuentro mantenido en su domicilio en Pontón Alto. Sus primeros artículos los publicó en la revista “El Arambol” editada por la Asociación Cultural Pontones de Segura, pero su trayectoria como escritor serrano la inició con “Algo sobre nuestra historia”, donde narra sus conocimientos sobre la historia de los cortijos donde creció y muchas anécdotas de su vida.
En este primer libro, como no podía ser de otra manera, Francisco Fernández dedica un amplio tratamiento a la aldea donde nació hace 92 años, Las Canalejas, una de las muchas que fue expropiada tras la declaración del Coto Nacional y las políticas de repoblación forestal. “Las Canalejas”, rememora Francisco, “era la aldea mayor de la zona, quizá por su privilegiada situación o mejores recursos por entonces o, principalmente, por encontrarse en el lugar céntrico entre otras aldeas y cortijos como Los Centenares, la Tinada, Los Archites, Las Malezas y otros pequeños núcleos diseminados, una aldea que llegó a tener más de 300 habitantes”.
El centro cultural Lugar de Encuentro de Santiago de la Espada ha acogido el acto de entrega de premios literarios del concurso organizado por la Asociación Cultural Zurribulle y patrocinado por el Ayuntamiento de Santiago-Pontones
Premiados;
Categoría General
Primer premio para D. Juan de Molina ( 350 euros y trofeo)
Segundo premio para D. Jose Ignacio Tamayo ( 150 euros y trofeo)
Categoría Juvenil
Dª Lucía Cárdenas Soldán ( 100 euros y placa )
Premio especial por su trabajo de recuperación de la Memoria Histórica de Pontones y sus aldeas (sobre todo de las aldeas desaparecidas con los despropios) a D , Francisco Fernández Punzano que con sus 94 años mantiene una memoria privilegiada.
A sus 94 años, Francisco Fernández no para de escribir cada día desde su casa de Pontones rememorando la memoria de las muchas aldeas de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas que fueron condenadas a muerte por las políticas de repoblación forestal que trajo consigo la declaración del Coto Nacional de caza. Otros núcleos corrieron idéntica suerte al ser expropiados para la construcción del pantano de El Tranco. Francisco es uno de los últimos pobladores vivos de aquellos parajes que hoy ya solo forman parte de la memoria sentimental de los serranos.
Aldeas como Las Canalejas, donde nació y se crio Francisco y donde empezó a trabajar desde muy pequeño como correo para poder ayudar a su familia. Más tarde sus estudios por correspondencia le dieron la titulación necesaria para poder trabajar como administrativo en el Ayuntamiento de Santiago-Pontones, un municipio nacido en 1975 de la fusión de Santiago de la Espada y Pontones. “Quisiera expresar, a mi manera al menos parte de la historia serrana del siglo pasado, pues no quiero que cuando pasen cien o doscientos años, a los que vivan, les ocurra igual que a nosotros, que no podamos conocer nuestro origen. Es bueno conocer nuestro pasado y cómo se comportaron nuestros antecesores, pues su experiencia y su actuación nos puede servir para tomar decisiones en el futuro”, escribe Francisco Fernández en una de sus últimas publicaciones, “Sucesos, casos y cosas de la Sierra”, donde ha contado con la colaboración de sus hijos Serafín y Ángel en la edición y las ilustraciones del libro.
Francisco Fernández Punzano nació en 1929 en la desaparecida aldea de Las Canalejas. Fue el mayor de siete hermanos, lo que le obligó a trabajar desde muy pequeño para ayudar a la familia. Sus empleos como dependiente y correo le permitieron andar por toda la sierra y conocer las costumbres de cada rincón.
Cuando cumplió los 14 años, compaginó su trabajo con los estudios por correspondencia, ya que no tuvo la oportunidad de hacerlo de otra forma. Obtuvo la titulación de “Cultura general y tenedor de libros” lo que le permitió trabajar como administrativo del Ayuntamiento de Santiago-Pontones, un puesto que le ayudó a conocer más en profundidad a todos los habitantes de los numerosos núcleos de población de este municipio y, al mismo tiempo, ser testigo de los cambios que ha experimentado la Sierra de Segura desde la finalización de la Guerra Civil.
No fue hasta su jubilación cuando Francisco activó su pasión por la escritura, lo que le ha llevado ya a publicar casi una decena de libros “con la intención de que perdure la historia de estas sierras”, señala Francisco en el encuentro mantenido en su domicilio en Pontón Alto. Sus primeros artículos los publicó en la revista “El Arambol” editada por la Asociación Cultural Pontones de Segura, pero su trayectoria como escritor serrano la inició con “Algo sobre nuestra historia”, donde narra sus conocimientos sobre la historia de los cortijos donde creció y muchas anécdotas de su vida.
En este primer libro, como no podía ser de otra manera, Francisco Fernández dedica un amplio tratamiento a la aldea donde nació hace 92 años, Las Canalejas, una de las muchas que fue expropiada tras la declaración del Coto Nacional y las políticas de repoblación forestal. “Las Canalejas”, rememora Francisco, “era la aldea mayor de la zona, quizá por su privilegiada situación o mejores recursos por entonces o, principalmente, por encontrarse en el lugar céntrico entre otras aldeas y cortijos como Los Centenares, la Tinada, Los Archites, Las Malezas y otros pequeños núcleos diseminados, una aldea que llegó a tener más de 300 habitantes”.