Alberto Vicente Fernández ambienta en Huesa su novela de ficción “El renacer de la bestia”

Huesa está situada al sureste de la provincia de Jaén en la comarca de Sierra de Cazorla. El municipio cuenta con cuatro núcleos de población que son Huesa y las aldeas de Ceal, El Cerrillo y Cortijo Nuevo. Los abruptos paredones de la Sierra del Caballo se alzan junto a Huesa, que esparce sus viviendas hacia el valle del Guadiana Menor, uno de los principales afluentes del Guadalquivir. Huesa pertenece a la comarca del Alto Guadalquivir, se extiende desde el centro de la comarca hasta el sur de la misma, justo en el límite provincial con Granada. En su término se distingue un sector, al norte y nordeste, de orografía montañosa en la que, entre pinares, se intercalan parcelas de olivos en las partes más bajas. Esta zona, precisamente, forma parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. El resto del territorio es de orografía más suave e inclinada hacia el río Guadiana Menor, con tierras ocupadas por pastos, matorral, tomillar y espartizal. Las tierras de labor se han incrementado de forma importante en los últimos años, haciendo que la economía de Huesa dependa del cultivo olivarero y, en menor medida, de la ganadería y la actividad forestal.

Precisamente, el municipio de Huesa es el elemento central de la novela de ficción “El renacer de la bestia” de Alberto Vicente Fernández, un piloto murciano. “Cuando viajábamos a Úbeda a visitar a la familia de mis hijos siempre fantaseaba con un risco con forma de dragón o dinosaurio que hay a unos 70 kilómetros. Les contaba cuentos, historias fantásticas que medio inventaba y siempre estaba Tito, mi hijo mayor, de protagonista”, explica Alberto Vicente (Molina de Segura, 1979).

 Alberto Vicente Fernández es comandante e instructor de vuelo en la Academia General del Aire (AGA) de San Javier y, empujado por la pandemia, sacó a la luz “El renacer de la bestia”, una novela juvenil con tintes de literatura fantástica que narra una centenaria leyenda entre cuevas andaluzas, hechizos y dragones con tres hermanos como protagonistas. Este primer libro, según señaló en una entrevista con Efe, nació como regalo a sus hijos en la Navidad de 2020 y nunca fue escrito para ser publicado. De hecho -recuerda entre bromas- nadie de su entorno más próximo sabía de su afición por la escritura y fue «toda una sorpresa» para sus padres, hermanos y hasta para la comunidad militar, su segunda familia.

Arriba, vista de Los Castellones de Ceal; sobre estas línea, panorámica del municipio de Huesa.

La novela, ambientada en la sierra de Jaén, está estructurada en dos partes y cuenta la hazaña de un adolescente para evitar que despierte de un largo letargo un terrorífico dragón que sembró el pánico durante siglos en la tierra.

Devorador de novela negra y fantástica y de los libros de historia, e inspirado por el cine norteamericano de aventuras de los 80 y 90, este piloto militar empezó a darle forma por las noches a esos improvisados cuentos que narraba a sus pequeños en las horas de coche entre Murcia y Jaén, y los fue hilando en un relato de héroes y dragones para imprimirlo en casa y regalarlo en navidad.

“Llegó el divorcio y dejé de escribir hasta que apareció la pandemia y el obligado encierro”, dice humilde el autor, quien, gracias al entusiasmo que despertó en su actual pareja leer el texto sin que él lo supiera, decidió continuar con la segunda parte y ofrecerla al mercado editorial.

“El renacer de la bestia”, editado por Publish way y que está ya en su segunda edición, “es el libro que a mí me hubiera gustado leer porque tiene mezcla de muchos géneros y, aunque lo escribí pensando en mis hijos, va dirigido al gran público que disfruta con las leyendas y las aventuras”, explica Alberto Vicente.

Con el pudor superado por haber mostrado “algo tan íntimo” como escribir, este piloto se documenta ahora para emprender su segundo proyecto literario: una novela localizada en su mayor parte en Molina de Segura, su localidad natal, y en la “multitud de pequeños tesoros escondidos que deben salir a la luz para dar a conocer su riqueza”.