Montserrat Rayo Olmo, que ha regresado a su Noalejo natal tras su jubilación, promueve el hermanamiento con Zalla y las Encartaciones de Vizcaya
Noalejo fue fundado en pleno siglo XVI por Doña Mencía de Salcedo. La fundadora de Noalejo es sin lugar a dudas el personaje más popular de su historia. Doña Mencía es para los vecinos de Noalejo un personaje rodeado de un marcado tinte legendario, una mujer procedente de lo más elevado de la sociedad de su época que estableció en este lugar cautivada por las excelencias del terreno. Según la leyenda popular Mencía de Salcedo fue una alta dama de la corte de la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, que a su muerte le hizo donación de unas tierras en Noalejo en premio a los muchos y estimables servicios que le prestó.
LA SEÑORA DE NOALEJO REGRESA A LAS ENCARTACIONES DE VIZCAYA
MONTSERRAT RAYo OLMO
«Tan solo la gesta de una mujer como Mencía de Salcedo, en el siglo XVI, es capaz de unir espacio, tiempo, ideologías y gentes. Esta potente historia real que voy desentrañando, al tiempo que transcribo tan antiguas y enrevesadas grafías, ya se ha constituido en un irrefutable antecedente y referente prefeminista y a pesar de que alguno se empeñe en tumbarla, “sin embargo se mueve”.
Tanto en la mente de Mencía como en la de una servidora se han generado sendos proyectos tintados de Humanismo, cuyo único objetivo es el de ser útiles a la comunidad de cada Era vivida.
Obviamente, la constitución de Noalejo, aquel gran plan de Mencía no se podía elevar a base de hechos casuales, ocurrentes, aislados, atropellados o improvisados, como algunos investigadores señores señalan. Muy al contrario, ella deseó y consiguió ser una igual a los varones de su clase, de su tiempo y por propia valía. Por consiguiente, solapar esto es tanto como pretender tapar el Sol con un dedo.
Para cuando a Mencía le llegó su jubilación de la Corte ya tenía prácticamente acabada su villa, siendo así, como por deseo propio se vino a Noalejo con el fin de consolidar y disfrutar de su proyecto ampliamente sufrido y enérgicamente batallado frente a los poderes fácticos del patriarcado preponderante.
Una servidora se jubiló y entendió que había llegado el momento de abordar aquel proyecto histórico-literario que soñé en mi juventud y que se había consolidado a partir de una gran admiración hacia Mencía. Este fue uno de los motivos por los que me vine a Noalejo, su pueblo y el mío, con el fin de convertirme en una especie de cronista de Mencía por designación propia. Y así, de forma altruista voy intentando que aquel que fue su proyecto, y este que es hoy el mío, sirvan al Noalejo contemporáneo y a sus buenas gentes en el día a día.
Con estas miras, a principios de año me entrevisté con nuestro Alcalde Antonio Morales Torres comentándole lo que había investigado y descubierto sobre Mencía, aquel proyecto literario que llevaba entre manos, las entrevistas que tenía ya previstas en el País Vasco, siendo una de ellas con Unai Diago Santamarina, Alcalde de Zalla y de refacción, unas cuantas sugerencias, entre ellas la de llevarme en la cartera la propuesta de un Hermanamiento con Zalla, localidad natal de Juan de Salcedo, padre de Mencía.
De aquella entrevista con el Alcalde de Zalla, quedó aprobado no solo el estudio del Hermanamiento sino que, además, me comentaba que, a la vista de la historia que le narraba, estaba decidiendo que Noalejo habría de ser la comarca invitada el año próximo en la Feria Gastronómica que anualmente se celebra en Zalla.
A la vuelta de aquel mi primer viaje a Las Encartaciones y al comentar las resultas de él con el Alcalde de Noalejo, al instante decidió que volviéramos para conocer él en primera persona aquellos lugares norteños. Y así lo hicimos, aprovechando la invitación que nos hizo Ana Otadui, la Presidenta de las Juntas Generales de Vizcaya a la Inauguración de la Muestra Temporal del Museo de Las Encartaciones.
A la vuelta de aquel mi segundo viaje, recibí una grata comunicación del Presidente de la Mancomunidad de Las Encartaciones, invitándome a compartir mis hallazgos con las mujeres de su Comarca, conformando una conferencia sobre Mencía de Salcedo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Rural, al tiempo que se recogería una distinción que se haría a la Encartada Mencía de Salcedo.
Antonio Morales Torres, con buen criterio, decidió que era el momento idóneo para que un puñado de noalejeñas y noalejeños visitaran aquellas tierras, momento en que cincuenta y cuatro oriundas/os de Noalejo pusimos rumbo a Vizcaya en modo exploradores avezados sorteando los inconvenientes espacio-temporales.
Entre nuestro amigo encartado Koldo Gallarreta y una servidora, en la primera jornada condujimos a las gentes de Noalejo hacia el Barrio de Bolibar de Güeñes, un lugar emblemático del que, a buen seguro, partieron hace quinientos años nuestros antepasados Bolívar. Y en la segunda jornada, un tour exclusivo por Trucíos, visitando el famoso Palacio de La Puente y la Iglesia de San Pedro de Romaña, junto a la Plaza de Toros que servía para albergar la muestra agrícola de mujeres empresarias del entorno rural.
Las gentes de Euskadi son profundamente amables y acogedoras, siéndolo en mayor medida las encartadas y encartados, de modo que mi conferencia sobre Mencía de Salcedo despertó gran interés y expectación, calculándose un total de cuatrocientos asistentes, en su mayoría mujeres. El verbo disfrutar se nos quedaría escaso para abarcar las emociones y sensaciones sentidas por una servidora, así como por todas las noalejeñas y noalejeños que me acompañaron. Quedo pues con la ilusión puesta en la próxima parada: el Encuentro Gastronómico de Zalla al que llevaremos los productos de nuestro pueblo, el Noalejo que hace casi quinientos años soñó y forjó una brava e inteligente Encartada, la Señora Mencía de Salcedo».
Sobre estas líneas, Montserrat Rayo, junto al alcalde y vecinos de Noalejo, durante la visita a Zalla y las Encartaciones de Vizcaya.