Nueva edición de un libro que ha cambiado la mirada sobre la despoblación y la señala como un fenómeno crucial para entender la España de hoy
“La España vacía habla de una gran parte de nuestro país, pero también de todo el mundo occidental, donde la vida en los pueblos se separa cada vez más de la urbana; habla de recursos, de política, de literatura, de tradiciones, del pasado y del futuro, y de cada uno de nosotros, de nuestra historia y nuestras historias. Un libro que cambió la mirada sobre la despoblación y la señaló como un fenómeno crucial para entender la España de hoy”, se apunta desde la editorial Alfaguara sobre la nueva edición del libro ‘La España vacía’, del escritor Sergio del Molino.
Haciendo un poco de historia, Sergio del Molina recuerda en el libro que España ha sido un país eminentemente rural hasta bien entrado el siglo XX. Aún hoy más de la mitad de su territorio es rural, según los criterios de la OCDE, aunque el 80% de la población viva en ciudades. En menos de veinte años las ciudades duplicaron y triplicaron su tamaño, mientras vastísimas extensiones del interior que nunca estuvieron muy pobladas se terminaron de vaciar y entraron en lo que los geógrafos llaman el ciclo del declive rural. Entre 1950y 1970 se produjo el éxodo. Aunque desde finales del siglo XIX la emigración al campo a la ciudad fue constante, en esas dos décadas, millones de personas hicieron el viaje de ida.
“Pero lo cierto es que la España vacía nunca estuvo llena”, añade Sergio del Molino, “incluso está menos vacía que antes. Los geógrafos creen que la población ha aumentado entre un 10% y un 20% en cien años. Un aumento ridículo en comparación con el conjunto del país, que ha crecido un 230% en el mismo siglo. La despoblación existe, es un fenómeno constatado, pero la percepción de vaciamiento tiene más que ver con una población estancada, mientras en las áreas urbanas ha crecido de una forma brutal, sin precedentes históricos. El desequilibrio, que siempre fue muy marcado, incluso en siglos anteriores a la revolución industrial, es ahora insalvable”, escribe Sergio del Molino.
Pero, ¿cuál es el territorio al que podemos encuadrar en la España vacía? Según el autor del libro, en su versión más restrictiva la España vacía se extiende por 268.083 kilómetros cuadrados sin costa y con una notable elevación sobre el nivel del mar. Ocupa más de la mitad del total de España, el 53% del territorio. En ella viven 7.317.420 personas, lo que supone el 15,8% de la población española (46,4 millones). Eso significa que en algo más de la mitad del territorio /el 53%) vive el 15,6% de la población, o el 9,9% si descontamos los centros administrativos. Dicho de otra forma, que el 84,4% de los españoles viven apretados en el 48% del territorio.
“Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea, y una España interior y despoblada, que he llamado España vacía. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo,, parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están en las casas de la primera”, expone a modo de conclusión Del Molino, en el prólogo de la última edición de ‘La España vacía’.
La publicación ha recibido los elogios de la crítica. “El enyasista más original de imprevisible de España”, ha dicho de él Carlos Alsina. “Del Molino usa la primera persona del singular de una manera que no es muy habitual en español, y menos todavía en España: no para hacer un persona de sí mismo, ni para dar doctrina, ni para ejercer una halagadora impostura, sino para contar lo que es, lo que hace, lo que le gusta, lo que se le pasa por la cabeza, lo que le provoca sarcasmo o ternura, el tono de su vida, su amor por su familia y por su ocio”, escribió Antonio Muñoz Molina en el suplemento Babelia de EL PAÍS.