Ricardo Castillo, médico y director de Radio Sierra, reflexiona sobre las fortalezas de este municipio segureño

Entre los trece municipios de la Sierra de Segura es La Puerta el que aúna centralidad geográfica y oferta de atenciones de diferente índole, si bien Arroyo del Ojanco, Puente de Génave, Beas de Segura, Génave y Villarrodrigo también se ubican en o muy próximos a la Nacional 322, Córdoba-Valencia. Las fortalezas de esta tierra olivarera ante tiempos de adversidad como los que atravesamos, impregnada aún de los nocivos declives del arranque de siglo, crisis financiera y pandemia incluidas, emanan de lo que el factor humano sea capaz de corregir, recuperar y emprender. Sí, el conjunto de los pobladores, vecinos de a pie y responsables elegidos por ellos para regir y favorecer el despegue.

Los residentes en La Puerta de Segura tienen muy presentes los números rojos que arrastra su Ayuntamiento. El equipo de gobierno que preside la popular Virtudes Puertas Soria avanza en la segunda mitad de un mandato que heredó la vertiginosa deuda de varios millones de euros, aparte de otros “despropósitos” que, por no haber sido explicados con claridad, no llega a entender el personal. Conforme al espíritu positivo de ‘Alma de Pueblos’ nos centraremos en los aspectos más prácticos, tras un breve diagnósticode situación, que podrían encauzar un futuro halagüeño en opinión de quien esto escribe. Seguro estoy que la receta ha de servir, porque ya lo hizo en otros lares, y tiene que ver con lo expresado arriba en el titular de este artículo.

Imagen del río Guadalimar, a su paso por La Puerta de Segura. Arriba, paisaje puerteño.

La Villa serrana, con sus cinco anejos (Los Pascuales, Las Graceas, Bonache, Los Llanos y Los Yegüerizos) se mantiene con 2.250 habitantes después de menguar de forma considerable desde 2009 hasta 2021. Paradigma de la evitable sustracción acontecida en su patrimonio cultural lo constituyen las Torres de Bujalamé, en la margen izquierda del Guadalimar, lamentable ejemplo de dejadez y deterioro, pese a todas las medidas de protección existentes,de fortificaciones que otrora formaron parte del oppidum o ciudad ibérica del mismo nombre, abarcando la destacada extensión de 15 hectáreas, equiparándose a los grandes oppida del Valle del Guadalquivir, como Cástulo.También perdió la población y la comarca su incomparable y atractiva Playa Artificial, remanso histórico que hacía las delicias de miles de serranos y les refrescaba en los estíos hasta los años noventa del pasado siglo. Naturaleza, frescura y encantos que, en el afán de modernización, derivó en excesivo cemento, atosigante aglomerado por doquier y acerados insufribles.

A la par, se avanzó en numerosos aspectos que facilitaron la vida diaria de los puertenses o puerteños (que no ‘porteños’, que este gentilicio corresponde a Buenos Aires): fusión de las tres cooperativas oleícolas, nuevas almazaras particulares, obras, servicios sociales y a la mujer, carriles, agua mediante el depósito del Cuco Rojo, sistema colector, mejoras en las aldeas, instalaciones deportivas, Teatro Principal o Municipal, Hospital Sierra de Segura, Consultorio, Guardería Municipal, Parques, Plaza de Toros, reparación del Templo Parroquial y otros proyectos. En cuanto a la iniciativa privada se sumaron Hoteles, Clínicas de Fisioterapia, Ortopedia, Pizzerías, Restaurantes, Bares, Casas y  Alojamientos Rurales, así como otros establecimientos y comercios.

Así las cosas, dando por sentado que la tarea no es fácil, que no se contenta a todos, hágase lo que se haga, y que no hay mejor maestra que la necesidad, se percibe que la cosa tiene margen de mejora. Descendamos a pie de calle, que las propuestas sean concretas y claras;asunto y manera extrapolables a cualquiera de nuestros pueblos y entornos. Escuchemos, prioricemos y, lejos de grandiosos presupuestos, pasemos a la acción, sin demora. En el caso de La Puerta, los empresarios y comerciantes agradeceríamos que se retiraran los alcorques de los arriates en la Avenida de Andalucía y se le diera una traza a los mugrientos acerados, una rejilla en el paso de agua de la Fuente La Genara para no dañar más vehículos; además los vecinos tenemos que decir sobre contenedores, papeleras y sus emplazamientos. ¿Más tiempo cerrados el Centro de Interpretación los Ritmos de la Naturaleza y el Museo del Aceite, dos joyas que no brillan?.‘Embellecer es crecer’ en un país tan competitivo en materia turística, embellecer de verdad, con buen gusto y limpieza que asombre y atraiga; el urbanismo acorde y el medio ambiente preservado, sin dar la espalda al río, mejorando su ribera sin más artificios, solucionando la quimera de la Isleta o Barco en un tiempo de riesgos añadidos por la emergencia climática, ordenanzas que se cumplan para terminar fachadas y medianerías, ayudando a quien lo precise y merezca. La Puerta de Segura ofrece posibilidades y valía humana, ahora podría empezar un tiempo nuevo, participativo e ilusionante, un tiempo para acertar.

Fortaleza de Bujalame, en La Puerta de Segura.