Esta práctica de desplazamiento estacional del ganado, con orígenes en el siglo XIII, tiene en la provincia de Jaén a uno de sus principales referentes, el municipio de Santiago-Pontones
Fotografía de portada: Paso del ganado trashumante por el Puente Mocho, en la Sierra de Segura. KATY GÓMEZ.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha inscrito a la trashumancia estacional en España y otros países como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Unesco tomó la decisión en la decimoctava reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrada esta semana en la ciudad de Kasane, en el norte de Botsuana.
España, Albania, Andorra, Austria, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Rumanía presentaron «La trashumancia, desplazamiento estacional de rebaños» como una de las 55 solicitudes de inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que examina el Comité en el país africano.
La trashumancia en Europa es una forma de pastoreo consistente en el desplazamiento estacional de ganados por rutas migratorias de la zona del Mediterráneo y los Alpes.
La actividad trashumante ha generado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado en fiestas y tradiciones, en la toponimia, la gastronomía y la arquitectura relacionada con esa labor.
En España, el origen de la trashumancia se sitúa cuando Alfonso X en 1273 creó el Honrado Concejo de la Mesta donde se regulaba la anchura legal de las vías pecuarias (que todavía hoy subsiste a lo largo de 125.000 kilómetros y más de 400.000 hectáreas en la Península Ibérica) .
Actualmente, la provincia de Jaén es uno de los principales referentes de la ganadería trashumante, gracias sobre todo a las más de 50.000 cabezas de ovino y de caprino censadas en el municipio de Santiago-Pontones.