El proyecto ‘Jaén Lectocreativa’ busca el revulsivo socioeconómico a través de planes locales de lectura
“La lectura desarrolla la imaginación, la imaginación desarrolla la creatividad y la creatividad es la llave del futuro y necesaria para reactivar la economía”. De este modo, con una especie de silogismo, define el maestro Pedro Molino el espíritu del proyecto Lectocreativa, un programa de fomento de la lectura como instrumento para el desarrollo económico y el cambio social en la provincia de Jaén y también en la España vaciada. Beas de Segura, el día 29 de diciembre, será la siguiente parada de una iniciativa que ya ha llegado a casi una treintena de municipios de la provincia. El programa Jaén Lectocreativa busca involucrar a las autoridades y a los agentes locales para elaborar un plan de lectura adaptado a la realidad de cada municipio con un enfoque novedoso desde la práctica de técnicas de creatividad.
“La lectura es una necesidad social que garantiza una sociedad mejor y que valora más la cultura y la educación; los libros son como semillas que van construyendo el conocimiento. Leer nos ayuda a mejorar como sociedad; el mundo del libro es un mundo de libertad, de ideas y de diálogo”, son las reflexiones que Pedro Molino esbozó en el taller de Lectocreativa llevado a cabo en Quesada.
A su juicio, los planes de Jaén Lectocreativa son una herramienta atractiva para la España vaciada que busca revivir muchas zonas despobladas del país y en las que la lectura, la creación y productos del conocimiento se pueden difundir a través de Internet con nuevas infraestructuras de fibra óptica, Wimax y 5G. “Jaén tiene que valorar que uno de sus potenciales de desarrollo es la cultura y la educación y no perder a su gente más cualificada. La lectura es fundamental en la creación y en el crecimiento económico de una sociedad”, manifiesta este creativo jiennense, que es tutor de la Universidad de Padres, editor de Liberman y autor de diferentes libros y relatos.
Jaén tiene unos bajos índices de lectura en tiempo libre por debajo del promedio andaluz situado en 56,7%, tres puntos por debajo del promedio español; también está a la cola en inversión de los hogares en libros (última en Andalucía y tercera por la cola a nivel nacional). Por otra parte, según el Informe sobre lectura de 2018 realizado por el Gremio de Editores de España, la compra de libros está bajando en nuestro país, fundamentalmente, por la falta de tiempo de los potenciales lectores y por la competencia de la lectura hiperactiva propia de la tecnología de pantallas y redes sociales. Además, aumenta el número de jóvenes (entre 14 y 24 años) que rechazan la lectura (51%) afirmando que “no leen porque no les gusta”.
La mecánica de los seminarios que lleva a cabo Pedro Molino es bien sencilla. Se apoya en gráficos, datos e historias que confirman por qué la lectura contribuye a la formación de los individuos. Demuestra así que los pueblos que leen más son los que tienen mejores indicadores sociales y cuentan con más niveles de igualdad. Posteriormente llega la práctica, que pasa por crear una comisión local de personas representativas para darle vuelo al proyecto.
Pedro Molino fue maestro en una escuela pública rural unitaria y diseñó un original colegio en Bolonia (Tarifa, Cádiz) con aulas hexagonales que se construyó en 1986. Un año antes impulsó un Plan de Escuelas Rurales para Andalucía. En su centro, entre otras metodologías activas, ya dirigía un “Taller de Creatividad en el aula” a finales de los años 80.
Fue también redactor del primer Plan Integral de Lectura para Alcalá de Guadaira (Sevilla), entre 2008 y 2011, presidido por José Antonio Marina. Además, imparte seminarios de “lecto-creatividad” y es uno de los impulsores de la asociación empresarial PROA.