Mientras que todos los municipios mayores de 10.000 habitantes menguaron su censo el año pasado, otros 21 más pequeños desafían a la despoblación

«Ya es un logro mantener la población, y si encima crecemos qué más podemos pedir». Lo dice, con euforia contenida, David Rodríguez, alcalde de Peal de Becerro, uno de los 21 municipios de la provincia (sobre un total de 97) que el pasado año logró aumentar su padrón municipal. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a la población a 1 de enero de 2021, revelan un escenario demográfico igual de sombrío y preocupante que en los años precededentes, aunque es cierto que aparecen algunos brotes verdes que invitan a la esperanza.
Lo más negativo es que la provincia jiennense, en su conjunto, volvió a perder población el pasado año, al situarse en 627.190 habitantes, 4.191 menos de los que tenía un año antes. Y lo más sorprendente es que durante el primer año de la pandemia fueron los municipios más pequeños los que mejor taponaron la hemorragia demográfica o, dicho de otra manera, los que resultaron más atractivos para los nuevos pobladores. En el otro lado de la balanza, todos los grandes municipios de Jaén, entre ellos la capital y todos los mayores de 10.000 habitantes, pierden población, algo que resulta tan insólito como demoledor.
El municipio con mayor pérdida de población fue Linares, con 828 habitantes menos. Y le sigue Jaén (-825), hasta los 111.932 habitantes, lo que supone el octavo año consecutivo de pérdida de población y lejos de los 117.000 habitantes que llegó a contar hace menos de una década. A Linares y a Jaén le siguen Andújar, con 403 vecinos menos, Úbeda (- 121), Alcalá la Real (-77) o Martos (-72). La misma tendencia regresiva han sufrido el resto de municipios situados en la horquilla entre 10.000 y 20.000 habitantes (La Carolina, Baeza, Bailén, Alcaudete, Villacarrillo, Jódar o Mancha Real entre ellos) que tampoco han escapado a la sangría demográfica.

Cuanto más chicos, más atractivos
Los 21 municipios (algo más de una quinta parte del total provincial) que ganaron población durante el año 2020 fueron Aldeaquemada, Baños de la Encina, Beas de Segura, Bedmar y Garcíez, Cabra del Santo Cristo, Canena, Carboneros, Frailes, Génave, La Guardia, Hornos, La Iruela, Jamilena, Lupión, Peal de Becerro, Puente de Génave, La Puerta de Segura, Santisteban del Puerto, Los Villares, Villarrodrigo y Villatorres.
No es sorprendente el aumento de población en los considerados pueblos dormitorio de las capital. La Guardia de Jaén, con 99 habitantes más, y Los Villares, con 86 más, fueron los que más ganaron en términos absolutos, y Jamilena también podría incluirse dentro de este club que se beneficia, año tras año, de la decisión de muchos trabajadores de la capital en vivir en esos municipios situados a apenas 10 minutos pero con más calidad de vida, sobre todo desde la perspectiva medioambiental.
Peal de Becerro, en la puerta del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, ha sido, con 85 empadronados más, el tercer municipio que más crece. Su alcalde, David Rodríguez, destaca la necesidad de ofrecer buenos servicios públicos, vivienda a precios asequibles y otros alicientes que permitan el teletrabajo como los principales aliados para relanzar la población.
Más sorprendente resulta el avance en el padrón en otros municipios ubicados en las sierras jiennenses. Es el caso de Bedmar-Garcíez, en Sierra Mágina. Su alcalde, Pablo Ruiz, resume así las causas de este cambio de tendencia: «Hemos conseguido ofertar muchas cosas para que el ciudadano, aunque tenga empleo fuera, tenga sus necesidades cubierta en Bedmar (gimnasio, academia de idiomas, actividades culturales, centro de atención pedagógica y psicológica para menores, etc) y luego las políticas de empleo con la licitación de cuatro ofertas (un restaurante, un hostal, un bar y una casa de turismo) eso sumado a Congana, Sanibed y PlastiBed junto con la promoción del espárrago blanco han hecho que la población permanezca».


Llama la atención que seis de los 21 municipios que aumentan su censo están en la Sierra de Segura, una de las comarcas más castigadas por la despoblación en las últimas décadas. Ramón Gallego, el regidor de Puente de Génave, uno de los que ha contenido la pérdida de vecinos, explica la receta: «Tenemos una población más joven de la sierra, una educación pública desde 0 a 16 años sin salir del municipio, oferta de suelo y vivienda a precios asequibles, un polígono Industrial con más 65 puestos de trabajo directos y, finalmente, mayoría de trabajadores vinculados al sector autónomo, industrial y funcionarios y menor peso del trabajador agrario por cuenta ajena».
En el extremo más oriental de la provincia, Villarrodrigo es otro de los municipios con saldo positivo en su padrón a 1 de enero de 2021. Con todo, su alcaldesa, Virtudes Ojeda, prefiere mostrarse cautelosa: «Pues aunque es cierto que no hemos perdido población, en el último año, el incremento tanto en términos absolutos como relativos es muy pequeño. Habrá que ver si en los próximos años, podemos hablar de una tendencia positiva».
Beas de Segura es otro de los municipios que aumenta su censo, algo que para el alcalde, José Alberto Rodríguez, tendrá incluso un reflejo mayor en la próxima actualización del padrón. Y vincula esta buena noticia al esfuerzo municipal en materia de turismo, con productos como el de las Huellas de Santa Teresa y el Camino de San Juan de la Cruz, y otras actuaciones que han servido para revalorizar la oferta turística municipal y que, por ejemplo, VIAJAR, la primera revista española de viajes, haya situado a Beas de Segura entre los seis destinos rurales a descubrir en este nuevo año.


En la comarca norte de la provincia hay otros tres municipios que ganan población. Es el caso de Baños de la Encina. “El crecimiento de nuestro pueblo se debe, en primer lugar, a la calidad de vida, a lo que hay que sumar la importante actividad económica que se está generando en torno al turismo. Una actividad que ha ido creciendo con los años y que nos hace albergar muchas ilusiones con vistas al futuro”, destaca el alcalde, Antonio las Heras.
Carboneros y Aldeaquemada son los dos pueblos con un mayor crecimiento relativo poblacional, con 17 y 11 personas más, respectivamente. Domingo Bonillo, alcalde de Carboneros, vincula este aumento al proyecto Arraigo, por el que varias familias de fuera de las provincia se han instalado en el pueblo beneficiándose de la oferta laboral y de vivienda para sus moradores.