La Asociación de la Prensa de Jaén (APJ) celebra una concentración con motivo del 8M para denunciar la precariedad laboral y la brecha salarial del periodismo
MANIFIESTO 8M:
Precariedad, inseguridad laboral, brecha salarial, techo de cristal, acoso sexual o ninguneos, son los retos a los que se siguen enfrentando miles de mujeres periodistas. Este 8 de marzo celebramos que seguimos adelante, pero sobre todo reivindicamos que queda mucho por hacer.
No son solo reivindicaciones que se repiten cada año, sino el reflejo de los datos. El último informe de la Asociación de la Prensa de Madrid sobre la profesión, de 2024, pone de manifiesto que continúa la presencia mayoritaria de hombres en los cargos de responsabilidad, mientras que las mujeres dominan sobre todo en las redacciones.
Solo en los medios digitales se observa este año una mayor presencia de mujeres en los puestos de subdirector y redactor jefe, que hasta ahora también estaban dominados por los hombres.
La menor representación femenina en puestos directivos vuelve a replicarse cuando se analizan los 100 medios con mayor audiencia, ya que solo 21 de ellos están en manos de mujeres, uno menos que el año pasado.
Asimismo, al igual que el año pasado, la precariedad laboral sigue siendo el mayor problema de la profesión, seguida de la mala retribución del trabajo periodístico. Esto que es general a la profesión se sufre en mayor medida al hablar de las mujeres que lidiamos a diario con la conciliación.
La brecha salarial es una realidad en nuestro sector. Continúa siendo necesario transparencia salarial y una revisión de categorías. Sufrimos niveles de temporalidad superiores a los de nuestros compañeros al igual que la inestabilidad laboral de las freelance y de las falsas autónomas.
Como en otros sectores, una ausencia de conciliación real nos perjudica más a las mujeres, que acabamos modificando o recortando los horarios para poder cuidar e incluso abandonando el empleo o cambiando de profesión.
También son muchas las periodistas que han sufrido por parte de compañeros, superiores, e incluso autoridades y fuentes, situaciones de acoso, en los últimos años a través de las redes sociales. Por otro lado, continúa vigente en muchos casos el ninguneo, la condescendencia, o el paternalismo.
En este 8 de marzo hay que recordar a todas esas mujeres periodistas que nos han precedido y que con su fuerza nos han abierto caminos. Su grito se tiene que escuchar, no sólo para que no se olviden sino para que nosotras y las nuevas generaciones que vienen detrás tengamos el valor de romper techos, transformar escenarios y ofrecer soluciones que sean atendidas.