Pilar Orellana, actual responsable de este establecimiento situado en la entrada de Andalucía, agradece el Premio ‘Jaén Paraíso Interior’ 2024
Orellana Perdiz es, sin duda, uno de los referentes gastronómicos de la provincia de Jaén. Fundado en 1948, este año cumplen 75 años de vida de un establecimiento ubicado en plena autovía de Andalucía, en La Carolina y en las estribaciones de Despeñaperros.
Andrés Orellana fue el alma de este templo gastronómico que destaca por su concepto de ocio, restauración y productos gourmet, en especial, sus derivados de la perdiz.
Lleva más de medio siglo en funcionamiento y ha iniciado su andadura en el mundo gourmet con una cuidada línea de patés y conservas de perdiz, el mismo producto con el que llevan representando a Jaén en eventos gastronómicos nacionales e internacionales desde los años 70, que ahora está disponible para cualquier bolsillo en esta nueva línea. Orellana Perdiz ha abierto esta nueva andadura empresarial a través de su tienda on line y ha reforzado su presencia en ferias internacionales y nacionales para llegar a países como Alemania. “La gastronomía de una zona está ligada a la historia de las personas”, indica Pilar Orellana, la gerente y actual responsable de este complejo de restauración que pertenece a la Asociación Española del Lujo, un club muy selecto y reputado que sólo alberga a verdaderos templos de la cocina española.
Aunque su carta es amplia y variada, si hay un plato que representa el ADN de Orellana Perdiz este es la perdiz en escabeche. Un auténtico deleite con su carne firme y deliciosa, perfectamente maridada con el delicado escabeche que le acompaña, y en el que destaca la intensa presencia de oliva virgen extra de Jaén con el que se elabora todavía siguiendo un receta ancestral heredada de los fundadores y que sólo conocen algunos miembros de la familia a fin de conseguir preservarla. De producción muy limitada esta perdiz es una delicatesen sublime realmente inigualable.
El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, ha destacado que Orellana Perdiz “es el perfecto ejemplo de cómo una empresa puede aprovechar las fortalezas jiennenses para convertirse en un referente turístico y gastronómico”, ya que entre los servicios que ofrece están una finca ganadera con toros bravos, una plaza de toros, un hotel y un restaurante que “han sido, y siguen siendo, un escaparate de la diversidad y la riqueza de la provincia”.