Una estatua homenajea a los cientos de poceños que emigraron en los años 60 y 70, y el municipio se hermana con Vilanova del Camí, de Barcelona
Pozo Alcón ha rendido homenaje a las muchas personas que tuvieron que verse obligadas a abandonar el municipio desde los años 60 del anterior siglo. Lo ha hecho con el descubrimiento de una estatua en honor al Emigrante situada en el corazón del pueblo, homenajeando a ellos, a esos hombres y mujeres que tuvieron de dejar su pueblo, buscando un futuro mejor,
Una estatua elaborada por el artista Ramon Salarich, y que simboliza a un hombre que podría ser un poceño cualquiera, de cualquiera de las familias,, con la maleta en su mano, que representa la ida y el regreso de los poceños a Pozo Alcón.
El descubrimiento de esta estatua ha formado parte de los actos de hermanamiento con el municipio barcelonés de Vilanova del Camí. La alcaldesa de la localidad catalana e hija de emigrantes poceños, Noemí Trucharte, destacó los vínculos que unen a ambos municipios debido a la emigración registrada en las décadas de los años 60 y 70.
Por su parte, el alcalde de Pozo Alcón, Iván Cruz, recordó como en la segunda mitad del pasado siglo más de un centenar de familias emigraron al municipio barcelonés en busca de un futuro mejor. Dos pueblos separados por más de 700 kilómetros pero unidos por unos lazos que desde este fin de semana son ya inseparables.