La provincia de Jaén empieza a recibir a urbanitas que buscan una nueva vida en el medio rural

Guillermo Díaz ha sido una de las últimas personas que ha decidido cambiar su proyecto de vida, abandonando la urbe y apostando por el medio rural. Ha dejado la ciudad y se ha trasladado a vivir a Carboneros, aunque trabaja como soldador en una empresa de Guarromán. A Guillermo, de nacionalidad cubana y procedente de Madrid, le seguirán este mes de junio otras tres familias (con 11 hijos entre las tres) que también dejan la urbe y se trasladarán a Carboneros, el primer municipio jiennense que ha empezado a colaborar con Proyecto Arraigo, una iniciativa que actúa como puente entre el mundo rural y las personas que viven en entornos urbanos y quieren realizar un cambio de vida.

“Nuestra misión consiste en acompañar y asesorar, por un lado, a personas y emprendedores que buscan ese cambio, y, por otro, a ayuntamientos y otras entidades rurales en su estrategia de desarrollo atrayendo a nuevos pobladores y apoyando el bienestar de su pueblo o comarca. El resultado de  esta unión es la creación de nuevas oportunidades y el desarrollo sostenible de los pueblos”, explica Enrique Martínez, director de este proyecto que él mismo impulsó hace cuatro años en Soria al reconocer que le estremecía ver cómo muchos pequeños pueblos se iban quedando abandonados.

Proyecto Arraigo ejerce como una empresa que ofrece un servicio poblacional a los ayuntamientos y a otras entidades que quieran atraer vecinos y talento a sus territorios. Ya disponen de una base de datos con más de 5.000 personas, de todos los oficios y sectores sociales, que buscan un nuevo proyecto de vida en un entorno más sostenible. “La gente está cansada de vivir en las grandes ciudades y con la pandemia se han dado cuenta de que necesitan respirar, y por eso buscan nuevos emplazamientos en el medio rural”, señala Enrique Martínez. Eso sí, desde Proyecto Arraigo se pide a los que quieren dar un giro a su vida que sean personas proactivas, profesionales que puedan desarrollar las oportunidades de empleo que surgen en los pueblos.

El factor principal que mueve a estas personas a cambiar la ciudad por el campo no es otro que buscar una mayor calidad de vida. Los ayuntamientos abonan a esta empresa una cantidad por los servicios de intermediación y asesoramiento de Proyecto Arraigo. “El mayor problema con el que nos encontramos es que en los pueblos hay vecinos, pero cuesta mucho encontrar una vivienda porque, o bien están en ruina, o están cerradas pero son de familias que no las ponen en uso, es una paradoja”, indica Enrique Martínez.

Militares

Proyecto Arraigo acaba de alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Defensa para buscar un emplazamiento y un oficio complementario a todos los reservistas que dejan el Ejército cumplidos los 45 años. Se trata de militares que están a disposición del Ejército en caso de alguna urgencia, pero que mientras pueden desempeñar otra actividad laboral en otro campo. “De momento, Jaén es, después de Madrid, la provincia española donde estamos recibiendo más demanda para albergar a estos militares, que se desplazan con sus familias y, por tanto, ayudan a repoblar territorios rurales”, señala Enrique Martínez. En Jaén, podría ser Carboneros el municipio donde se acojan a estas familias.

Arriba, reunión en el Ayuntamiento de Carboneros con responsables del Proyecto Arraigo; sobre estas líneas, una acción en un municipio del norte de España.