Emprendedores de Cabra del Santo Cristo lanzan una App “muy de pueblo” donde compartir historias e interactuar con los protagonistas de la España despoblada

En los confines de Sierra Mágina y mirando a los montes de Cazorla, el municipio de Cabra del Santo Cristo (1.600 habitantes, Jaén) asiste de manera irreversible a un desalentador proceso de envejecimiento y de pérdida de población. Una realidad tan sombría contra la que no quieren resignarse cinco jóvenes emprendedores, de entre 20 y 27 años, que, lejos de caer en el desaliento, contemplan su entorno más cercano como una oportunidad para poder desarrollarse profesionalmente. Y así fue cómo hace algo más de un año nació Relatidos, un proyecto que busca preservar la cultural y la memoria rural, esa que poco a poco va desapareciendo con la despoblación y el cambio generacional.

Tras un periodo inicial de formación en una incubadora de empresas, estos jóvenes han lanzado recientemente una App para contar las historias de los pueblos de la España rural a través de la memoria oral de sus protagonistas. Esta App no es la única pero sí la principal herramienta sobre la que han basado, por ahora, su modelo de negocio. “El nombre de Relatidos surge de la combinación de relatos y latidos, porque cada historia que recopilamos es un pedacito de vida, de identidad y de emoción. Queremos contar historias vivas, llenas de sentimiento y arraigo”, explica Ana Rodríguez, CEO y dirección creativa de un equipo con perfiles multidisciplinares, que abarcan tecnología, cultura, marketing y comunicación. “A todos nos mueve nuestro vínculo con el mundo rural”, apostilla Rodríguez, hija de la emigración que regresó con su familia a Cabra del Santo Cristo con 14 años. Por si hubiera alguna duda de la querencia de estos emprendedores por su tierra acaban de incorporar el apelativo “Muy de pueblo” al nombre principal de Relatidos.

No ha sido fácil echar a andar este proyecto, donde el principal apoyo les ha llegado de Secot, una asociación de voluntarios senior que ponen su experiencia al servicio de los que quieren emprender. Los primeros meses se han tenido que financiar a través de un crowdfunding que les proporcionó ganar el prestigioso programa Santander X Explorer y también los galardones locales Foro Lince y Emprendiendo Rural, de la Fundación Fulgencio Meseguer. En total, apenas 10.000 euros que le han servido para lanzar la App con geolocalización y planificar las próximas actuaciones. Si todo va bien esperan poder monetizar hasta los 50.000 euros llegando en su primer año a una quincena de pueblos, entre ellos Cabrales, en Asturias, que ya ha mostrado su deseo de ser embajador de Relatidos.

Ana Rodríguez, que estudió Bellas Artes y Dirección de Arte, es de momento la única que trabaja a jornada completa en este proyecto. “La idea me surgió al ver cómo muchas historias se estaban perdiendo con el paso del tiempo. Había vivido la experiencia de escuchar relatos increíbles de personas mayores, pero también la frustración de ver cómo esas memorias desaparecían cuando ellas ya no estaban”, dice. Y ahí fue cuando pensaron en crear una plataforma para grabar y compartir todas esas historias del mundo rural, transformándolas en una nueva forma de turismo más cercano y auténtico.

Relatidos quiere recuperar el espíritu de comunidad que preside las zonas rurales fomentando experiencias en comunidad. Por eso, más allá de la App  también organizan eventos y colaboran con negocios locales creando espacios donde la gente pueda compartir su propia historia. Actualmente, ofrecen la experiencia tanto en la App, como en redes sociales pero están trabajando en la creación de un foro participativodonde fortalecer ese sentimiento de comunidad. Los ingresos previstos llegan de la publicidad que obtienen en la aplicación de los negocios locales y también los patrocinios de instituciones públicas. Además, quieren rentabilizar las visitas y recorridos que organizan, donde los viajeros pueden descubrir un pueblo con otra mirada, guiados por las voces de quienes lo han vivido de primera mano. “Queremos fomentar un turismo responsable, donde viajar no sea solo pasar por un sitio, sino convirtiendo cada experiencia en una conexión con el lugar”, subraya la CEO de Relatidos.

Para que la experiencia sea dinámica y participativa, dentro de la App los usuarios pueden interactuar a través de un sistema de gamificación en el que acumulan puntos al descubrir historias, completar rutas o participar en la comunidad. Esto les permite subir en el ranking de la plataforma y desbloquear recompensas, como descuentos o experiencias en negocios locales.

“Relatidos no funcionaría sin la participación de la comunidad, sus historias y su interés por descubrirlas, de los ayuntamientos que nos están abriendo sus puertas [con especial mención al de Cabra del Santo Cristo] y quieren convertirse en ‘relateros’, y de las empresas y negocios que, además de promocionarse, quieren ser parte de nuestro eventos”, resume Rodríguez. Y para seguir creciendo ya están pensando en otros formatos, como añadir realidad virtual, implementar inteligencia artificial e incluso hacer un podcast donde las historias puedan permitirse ser más largas y visuales y convertirse en una experiencia 360 para conocer los pueblos y su gente. Además de Ana Rodríguez, dan vida a Relatidos Victor Carrillo, Laura Esteban y Aitor Benito (Desarrollo tecnológico) y Lucía Rodríguez (Comunicación y marketing).

Mientras llegan esas innovaciones, los creadores de Relatidos seguirán compartiendo historias como la de Pilar Olmedo,  quien a sus 92 años les abrió las puertas del palacete de los Olmedo construido por su padre, un hombre apasionado por la arquitectura. Con la llegada de la Guerra Civil el palacete fue ocupado y su padre, detenido y asesinado con apenas 52 años.  “La historia de Pilar no es solo la de su familia, sino la de tantos pueblos y generaciones que han visto cómo la Guerra Civil arrasaba con todo.  Esta historia reafirmó la importancia de preservar la memoria oral, porque en relatos como el suyo reside la historia de nuestras raíces”, concluye la joven emprendedora jiennense.