Descendientes de segureños que fueron expulsados de sus aldeas se concentran ante la Delegación de Agricultura y Medio Ambiente y piden la rehabilitación de los cortijos que quedan en pie y la devolución de todo el patrimonio que les fue arrebatado
Manifiesto leído este sábado 23 de marzo ante las puertas de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Jaén durante la concentración de nativos y descendientes de las Aldeas Perdidas de Santiago-Pontones:
«Érase una vez, un valle oculto entre majestuosas montañas, donde la naturaleza y la comunidad vivían en perfecta armonía. Las familias, envueltas en la calidez de la tradición, tejían sus vidas al ritmo de las estaciones, celebrando la abundancia del bosque que los rodeaba. Desde tiempos inmemoriales, habían aprendido a convivir con la fauna salvaje y doméstica, respetando cada criatura que compartía su hogar. En este rincón del mundo, la cultura se entrelazaba con las raíces más profundas, y las costumbres ancestrales fluían como el río que serpenteaba por el valle, llevando consigo la esencia de un pueblo que veneraba su tierra como un tesoro sagrado.
Sin embargo, un día fatídico, las sombras del egoísmo y la avaricia oscurecieron este idílico panorama. Las voces de unos pocos, sedientas de poder y riqueza, resonaron en el valle, sembrando la discordia entre aquellos que habían sido vecinos y amigos. En un giro trágico del destino, la codicia nubló los corazones, y aquellos que una vez compartieron risas y sueños decidieron que el valle no era suficiente para todos. Así, con la frialdad de la injusticia, expulsaron a los habitantes de las aldeas, despojándolos de su hogar y convirtiendo el paraíso en un refugio exclusivo para unos pocos privilegiados.
Hoy, erguidos frente a la injusticia, los descendientes de aquellos valientes serranos alzan la voz con determinación. Reivindican la verdad que ha sido sepultada bajo capas de silencio y complicidad. Con el eco de sus ancestros resonando en sus corazones, marchan hacia la puerta de la administración pública, donde se gestan los designios que han marcado su destino. Con valentía y sin miedo, exigen que se reconozca la historia real, que se respete su lucha por la justicia y se les permita reclamar el derecho a una vida digna, el mismo que les fue arrebatado a sus abuelos. La Sierra de Segura retumba con su llamado, recordando al mundo que las Aldeas Perdidas no están olvidadas, sino expropiadas, y que su memoria perdura en cada piedra, en cada suspiro del viento que sopla entre los árboles.
Que este manifiesto sea la voz de aquellos cuyas palabras fueron silenciadas, un eco que resuene en cada rincón del valle, recordando a todos que la historia de las Aldeas Perdidas merece ser contada con honestidad y dignidad. Que la justicia sea el faro que guíe el camino hacia la reconciliación, hacia el perdón que alivie las heridas del pasado y abra la puerta a un futuro de esperanza y armonía.
El sombrero que llevamos es un símbolo de recuerdo a los antiguos serranos, que siempre llevaban uno puesto. Es por su memoria y por el futuro de sus descendientes que pedimos a la Administración, una vez más, mayor consideración hacia los nativos serranos.
Pedimos a la Administración una apuesta decidida por un turismo simbiótico que potencie el turismo deportivo, gastronómico y cultural, comprometido con el medio ambiente. Para ello, solicitamos entre otras:
- La rehabilitación y señalización de los antiguos caminos de herradura.
- La habilitación de refugios para los senderistas mediante la restauración de algunos cortijos.
- Solicitamos iniciativas creativas y decididas en favor del empleo local, como la restauración de las aldeas de Los Centenares, El Miravete, para convertirlas en ecoaldeas, que generen cultura y trabajo para muchas familias que no desean abandonar su tierra.
- Solicitamos la restauración de la Iglesia de Las Canalejas, centro espiritual y cultural, y uno de los lugares históricos más importantes de esta sierra.
- Solicitamos la construcción de un Museo de interpretación de las Aldeas Perdidas.
- Solicitamos la rehabilitación y mantenimiento de las innumerables fuentes que atesora esta sierra.
- Solicitamos la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial de todas las eras empedradas de la Sierra de Segura, Cazorla y Las Villas.
- Solicitamos un apoyo decidido a los emprendedores locales que apuestan por crear empleo, como actuación imprescindible para evitar la pérdida del recurso más importante de la sierra: el serrano nativo.
- Solicitamos la mejora de las carreteras y caminos de comunicación.
Y como no puede ser de otra manera, pedimos a la Administración que colabore con los serranos en la devolución de todo aquello que les fue arrebatado mediante leyes franquistas.
No nos cansaremos de luchar, con la serenidad y verdad que nos caracteriza, porque la sierra sin sus hombres y mujeres… es solo piedra».