La espartera de Quesada recibe la Carta de Artesana de la Junta, que impulsa la calidad y excepcionalidad de los productos hechos a mano

Una artesana de la comarca del Alto Guadalquivir se suma al Registro de la Junta de Andalucía, un reconocimiento oficial de la condición de artesano, cuyo principal objetivo es la puesta en valor de los auténticos artesanos y la constatación de la variedad, la alta calidad y la singularidad y belleza de sus productos en la provincia de Jaén. La delegada territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Ana Mata, ha entregado en Quesada la Carta de Artesana a Ronte Alonso Pereda, especializada en espartería. A la visita al taller ha asistido a su vez la alcaldesa, Yolanda Marcos.

El Registro de Artesanos cuenta actualmente en la provincia con 120 inscritos (104 son artesanos individuales, 14 son empresas artesanas y hay 2 asociaciones).  La delegada ha destacado “la gran relevancia de este sector en la provincia, muy arraigado al territorio, a la cultura, a la historia y al patrimonio de cada municipio”. En esta línea, ha añadido que “se trata de un gremio que a su vez está haciendo un trabajo brillante aunando tradición con innovación, incorporando las TIC a los talleres y avanzando en la internacionalización”.

Mata ha continuado explicando que esta Carta de Artesana “conlleva muchas ventajas y, además del reconocimiento oficial de calidad, es necesaria para acogerse a las convocatorias de ayudas a la artesanía de la Junta”. A su vez, ha continuado explicando que los artesanos inscritos en este Registro, reciben el distintivo de marca única “Artesanía hecha en Andalucía”, que ahonda en identificar los productos artesanos para impulsar su promoción y comercialización, en proteger y mantener el prestigio de esta importante actividad económica en la provincia, la gran valía de sus profesionales y sus obras”. “Artesanía hecha en Andalucía” acredita en definitiva que el producto que porta esta marca ha sido elaborado en un taller artesano inscrito en el Registro de Artesanos de Andalucía. Se utiliza de forma accesoria, sumándose a la marca o firma específica de cada artesano.

Esparto Ronte

Ronte Alonso, malagueña de nacimiento, ha residido siempre en Madrid, hasta 2009, año en que se asentó en Quesada, en este singular municipio de la comarca de Cazorla encontró su gran pasión y su vocación: el esparto. Una trabajadora social orgullosa de formar parte de un oficio “en peligro de extinción” con su taller “Esparto Ronte”. Un arte que ha ido aprendiendo de forma autodidacta y de la mano de maestros y maestras del gremio en la provincia, con los que sigue manteniendo un “círculo espartero”. Una disciplina que le permite trabajar con sus manos, y sobre todo desarrollar su creatividad. La versatilidad del esparto le inspira y le motiva. De hecho, tiene una gran variedad de productos: cestas, bolsos, lámparas, macetas, joyas… y también pinturas con esparto, obras con intensos colores con tintadas naturales y con un mensaje con conciencia social, que ha mostrado ya en diversas exposiciones.

Trabaja los distintos tipos de esparto: crudo, picado sin cocer, y cocido y picado. Aplica muy diversas técnicas, como la del cordelillo de dos y tres ramales, tomiza y soguilla, quirneja de siete y nueve ramales, rejo, pleite de quince ramales, punto de cofin, recinchillo, punto de garbanzo y otras típicas de cestería.

Ronte Alonso también disfruta profundizando en la extensa historia de un oficio que ya se usaba en la Prehistoria, que dominaban egipcios, griegos y romanos. Pero no solo le llena esta artesanía tradicional, también y sobre todo el hecho de que va urdida a un uso sostenible de los recursos naturales locales. Una planta que recolecta ella misma de las sierras quesadeñas, con los permisos pertinentes, utilizando un palo de madera, arranca las hojas de esparto de una atocha, sin cortar jamás la planta entera, al contrario, le quita las ramas que permiten respirar y crecer a la planta. Una especie robusta, con tallos en forma de media luna perfectos para trenzar. Y Ronte Alonso disfruta no solo del resultado, también y sobre todo del proceso completo que realiza sin prisa pero sin pausa con cada pieza artesana. A su vez, hace talleres y cursos en los que enseña a todo tipo de públicos a trabajar el esparto.

Para poner en valor la artesanía

La Consejería de Empleo tiene otras iniciativas para impulsar y prestigiar la artesanía. Como el distintivo de Punto de Interés Artesanal (PIA), que reconoce un taller (o varios) con especiales características de producción y comercialización de productos artesanos. En Jaén hay 11 PIAS (7 en Úbeda, 1 en Andújar, 1 en Baeza, 1 en Bailén y 1 en Orcera). También la provincia cuenta con una Zona de Interés Artesanal (ZIA), Úbeda, integrada por 11 talleres. Además, Jaén cuenta con 9 maestros artesanos. Consigue esta distinción quien tiene méritos extraordinarios por su experiencia profesional (15 años), el mantenimiento de un oficio, la promoción de la actividad artesana, la mejora de los métodos tradicionales, la investigación o la influencia en el desarrollo económico local. También la provincia cuenta con un taller que ostenta el distintivo “Andalucía Calidad Artesanal”, el del ubetense Pablo Martínez “Tito”.