La comarca cazorleña apuesta por las iniciativas de turismo activo y cultural para atraer visitantes

 ‘Contenido ofrecido en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía’.

La comarca de la Sierra de Cazorla, que tiene el 40% de su territorio dentro del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, es, sin duda, uno de los principales reclamos del turismo andaluz. Lo avalan las cifras de visitantes, que en los últimos meses han recuperado los niveles previos a la pandemia. Solo los dos municipios con mayor número de plazas hoteleras, Cazorla y La Iruela, registraron más de 53.000 viajeros en 2021. En el caso del municipio cazorleño, durante el segundo semestre del pasado año el incremento de visitantes fue del 39,5% respecto a 2020 y del 21,9% respecto al año anterior a la pandemia, con más de 30.000 pernoctaciones.

La comarca de la Sierra de Cazorla la forman los municipios de Santo Tomé, Chilluévar, La Iruela, Peal de Becerro, Cazorla, Quesada, Huesa, Hinojares y Pozo Alcón.

“Seguimos trabajando en hacer de Cazorla un municipio perfecto para visitar en cualquier época del año, y que tiene una amplia variedad de opciones que ofrecer”, señala el alcalde cazorleño, Antonio José Rodríguez, tras destacar la campaña de promoción digital, denominada ‘Necesitas Cazorla’, puesta en marcha desde el Ayuntamiento para diversificar los atractivos del municipio y ofertar una mayor variedad de productos durante todo el año, con el objetivo de incentivar la llegada del turismo de manera regular y evitar la estacionalidad.

Pasear por su amplia red de senderos locales llenos de agua y paisajes con encanto y sin necesidad de coger el vehículo, o disfrutar de una experiencia de aventura con las vías de escalada o la ferrata son algunos de los muchos atractivos que convierte a la Sierra de Cazorla en un destino de naturaleza privilegiado. Pero además, de las muchas experiencias de aventura, también se puede disfrutar de la rica gastronomía serrana, adaptada a la vanguardia, o empaparse de historia con sus museos y el patrimonio que atesora. A destacar el abrigo de Valdecuevas de Cazorla  o las pinturas rupestres de Quesada, que revelan que la caza de jabalíes, cabras montesas, ciervos europeos y corzos, así como que la presencia de lobos y osos, eran habituales en estos parajes desde, al menos, el Neolítico.

Sobre estas líneas, un amanecer en la comarca de la Sierra de Cazora, foto de cabecera, sendero del Cerezuelo en Cazorla.

En Cazorla, las Ruinas de Santa María, el Castillo de la Yedra o la bóveda del Río Cerezuelo son algunos de los lugares más visitados. Pero, además, hay otro buen número de eventos que atrae al gran público durante todos los meses del año. Entre ellos, el Blues Cazorla, sin duda, el festival de este género más reputado en el sur de España, pero también la Ultra Trail Bosques del Sur, la Clásica Ciclista o el programa cultural Cazorla en Primavera.

Quesada es otro de los municipios que ha hecho de la cultura su principal bandera para el turismo. “Este pueblo serrano ha conseguido escribir con mayúscula la palabra cultura a lo que han ayudados los trazos del universal Rafael Zabaleta, o del autor del emblemático Mito de la Caverna, José Luis Verdes. También el legado del de Orihuela, Miguel Hernández, y la que fuera su mujer, Josefina Manresa, nacida en Quesada. Aquí se ha sabido patrimonializar y poner el foco en la importancia de la obra del poeta y hacerla propia, para difundirla, para mostrarla a visitantes y turistas. Para engrandecerla”, asegura la periodista quesadeña Elena Lara. Todo ello sin olvidar que Quesada es la cuna del Guadalquivir, el gran río andaluz, que empieza su camino en la Cañada de las Fuentes. Quesada ofrece un auténtico festín de naturaleza desde El Gilillo, al Picón del Guante, El Cabañas, El Rayal, el Aguilón del loco, el Cerro de Vítar, El Caballo o el Cerro de la Magdalena, y parajes como Béjar, El Chorro, el Valle de Los Tejos, el de Don Pedro y Belerda, el Pilón Azul o Tíscar, con su Cueva del Agua, santuario y castillo. En definitiva, un placer para los sentidos.

Sobre estas líneas, Cueva del Agua y panorámica del municipio de Quesada. Fotografía ganadora del Concurso Rafael Zabaleta 2022.

Peal de Becerro, Tierra Íbera” es el lema con el que recibe al viajero este municipio situado en la puerta de la Sierra de Cazorla. Lo hace con una escultura hecha con chapa de acero en la que se representa la entrada a las tumbas principescas de la Cámara Sepulcral Íbera de Toya. Junto a las Torres Medievales de Peal se puede visitar el centro de interpretación donde se explica el contexto y el descubrimiento en 1918 de esas tumbas íberas, junto con la réplica de otra cercana que apareció a primeros del siglo XXI en la aldea de Hornos y que tardará mucho mas en ser visitable.

Y en Peal de Becerro es visita obligada la casa-museo del artista Faustino Castillo, un polifacético artista (es dibujante, pintor, escultor, ilustrador, muralista, decorador y también escritor y pensador) que, después de haber vivido media vida en Cataluña, volvió a su tierra, la que nunca quiso abandonar. Castillo, al que sus paisanos conocen como ‘Faustillo’, tiene expuestas en su casa-museo más de 400 obras de distintas disciplinas creativas, pero que es, sobre todo, un espacio abierto para la reflexión y el debate sobre el futuro del medio rural. 

La arquitectura popular está presente en el casco antiguo de Peal de Becerro; a la derecha, el centro de interpretación de la cultura i´bera.

La ruta del río Borosa es uno de los encantos naturales de la comarca. Una ruta que acaba de ser reforzada desde la Junta de Andalucía con más servicios para atraer más visitantes, como el  equipamiento del Centro de Visitantes del Río Borosa, ubicado en el término de Santo Tomé. Contempla la prestación de servicios para atención a los visitantes, senderos interpretativos del Río Borosa, servicio para autocaravanas y, también, visitas guiadas al Centro de Cría del Quebrantahuesos, que se desarrollarán en grupos muy reducidos y durante los periodos en los que los expertos que trabajan en el programa de reintroducción consideren apropiados para no interferir en el plan, que ha cosechado importantes éxitos durante esta temporada con un número de animales récord.

Esta comarca es también una tierra de emprendedores. Como la joven empresaria Ana Bermejo, que triunfa desde Chilluévar vendiendo ropa juvenil femenina por Internet. “Que Cuqui Ana es la historia de un sueño, de ganas de hacer cosas nuevas y acercarlas a toda nuestra gente, a la gente de un pueblo pequeñito pero lleno de elegancia. Una tienda llena de ilusión, de ideas, de ganas de sorprender, una tienda pequeña muy coqueta pero con mucho encanto”. Así se presenta la joven emprendedora a todos los que visitan su tienda en la céntrica calle Europa de Chilluévar. Un negocio que empezó con la intención de atender a sus clientas más próximas pero que hoy traspasa fronteras gracias a las ventas on line. Más del 60% de la ropa se venda ya por Internet.

Mientras tanto, en la pedanía El Salón, en Quesada, una de las zonas más castigadas por el envejecimiento y la despoblación, la empresa Alborasur, dedicada a la recolección y distribución mayorista de hierbas aromáticas y plantas medicinales se ha convertido en un soplo de aire fresco para los habitantes de esta comarca. “Quise quedarme aquí en mi tierra y por eso he tenido que reinventarme”, explica María Tíscar Molina, gerente de la empresa creada hace cuatro años, un negocio familiar de segunda generación que ha  lanzado al mercado Gayuba Cosmetic, una línea propia de cosmética elaborada con los principios activos de las plantas que ellos mismos recolectan.

Visitantes a la casa-museo de Faustino Castillo en Peal de Becerro.

El oleoturismo es otra de las propuestas que está cobrando fuerza en la comarca de Cazorla. Antonio Bernal, un ingeniero agrónomo cordobés que llegó a Cazorla en 2001 para trabajar en la Denominación de Origen del aceite Sierra de Cazorla, pensó que no era lógico que se desperdiciara el enorme potencial que el turismo vinculado al olivar y el aceite de oliva tiene en toda la comarca. Y así fue como, en el año 2009, nació Agraria Olearum de la mano de Antonio Bernal y de Amai Cuadros, ambientóloga que sí es originaria de Cazorla. En pleno casco antiguo de Cazorla, a escasos metros del Ayuntamiento y del Balcón de Zabaleta, Olearum oferta a los visitantes que llegan hasta Cazorla adentrarse en el oleoturismo a través de visitas guiadas a almazaras y con catas y degustaciones de los mejores caldos que se pueden probar en la misma tienda de Olearum.  

Si algo caracteriza a la comarca de la Sierra de Cazorla es la variedad, en sus paisajes, en sus ecosistemas, altitudes que van desde los 2.100 metros en la Sierra de la Cabrilla hasta los 360 metros en las proximidades del Puente de la Cerrada. Altas cumbres se mezclan con profundos barrancos, suaves relieves y amplios valles, bosques, olivares, pastos de alta montaña y huertas, zonas húmedas y secas, semidesérticas. 

A vista de pájaro en el paisaje de esta comarca se pueden distinguir: las sierras, al este y la campiña y las depresiones del Guadiana Menor y Guadalquivir, al oeste. La Sierra emerge como telón de fondo de un maravilloso escenario, pleno de encanto paisajístico, con picos como  Cabrilla, Pozo, Cazorla y Quesada, separadas por el valle del Guadalentín, el valle del Guadalquivir y por la falla de Tíscar. Cumbres separadas por grandes barrancos por los que discurren arroyos que se encajonan en cerradas, saltan por cascadas, laderas cubiertas de pinares, quejigares,… zonas altas con pastizales, navas,…: en cualquier rincón se pueden descubrir especies de flora y fauna únicas en el mundo, asombrosos y longevos ejemplares arbóreos…

El Guadalquivir y el Guadiana Menor son los grandes ríos que bañan las fértiles vegas, que aun con olivares siempre presentes, muestran otros cultivos de regadío como ajo, espárrago, maíz, remolacha, alfalfa y pequeñas huertas de autoconsumo. El Guadalquivir aquí muestra su cara más tranquila, tras descender encajonado desde su nacimiento, por las sierras en dirección norte. Varía su rumbo hacia el sur, ensanchándose y derramando agua por los distintos cultivos que encuentra a su paso, entre hileras de chopos y fresnos.

Por su parte, el Guadiana Menor, procedente de la Hoya de Baza, cruza la comarca desde el sur hasta el noroeste en su confluencia con el Guadalquivir. Sus verdes riberas destacan como ninguna otra en la comarca. El paisaje estepario circundante, dominado por terrenos secos, semidesérticos, ramblas, espartales…, hace de este río un oasis de verdor y fertilidad, en medio de un bellísimo “paisaje lunático”.

Mirador del Lirio, en Pozo Alcón, uno de los paisajes más sorprendentes de la comarca.

En Pozo Alcón, también está el Guadalentín, que nace en la Sierra del Pozo formándose por pequeños arroyos que bajan de la sierra de la Cabrilla a la altura del Majal de la Carrasca, recibe al arroyo de los Arenales y ya con cauce permanente fluye por el fondo de un profundo barranco en dirección sur. Atraviesa la Cerrada de la Herradura y se remansa en el embalse de La Bolera que recibe las aguas de los arroyos de Guazalamanco, de la Venta y del Vidrio y de la Rambla del Almicerán.  El Guadalentín es el río de Pozo Alcón. Atraviesa todo su término, su paisaje, sus ecosistemas ricos y variados, la pesca de subsistencia tradicional o deportiva.

En Hinojares, el territorio, de arcaica memoria, acoge el yacimiento ibérico de Castellones de Ceal, y entre su patrimonio arquitectónico hay que destacar la Iglesia parroquial de San Marcos, levantada a finales del siglo XVII. Y el viaje por la comarca de la Sierra de Cazorla finaliza en Huesa, el municipio que cuenta con cuatro núcleos de población como son las aldeas de Ceal, El Cerrillo y Cortijo Nuevo. Los abruptos paredones de la Sierra del Caballo se alzan junto a Huesa, que esparce sus viviendas hacia el valle del Guadiana Menor, uno de los principales afluentes del Guadalquivir.