Esta tierra de frontera sobresale por la belleza de su legado natural y patrimonial

(‘Contenido ofrecido en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía’)

La Pandera,  con sus 1.872 metros, es la cumbre más alta de la Sierra Sur y el pico que nos va a hacer de guía por este viaje que iniciamos en Los Villares. Entre cimbras rocosas, cañones abruptos y valles de olivos de troncos retorcidos —como escribió Miguel Hernández—, Los Villares se halla en el antiguo camino de Granada. Fundado en 1508 por Juana I de Castilla, aún se aprecian las trazas de la cañada ­real por un camino casi extinto. Destaca el palacio del Vizconde, hoy felizmente recuperado como biblioteca municipal. Ya en las faldas de la Pandera, llegamos a Río Frío, un paraje hermoso y magnético donde no falta el agua helada. “A partir de aquí comienza la auténtica aventura hacia el corazón de la Sierra Sur. Pocos rincones en Andalucía conservan un estilo de vida tan anclado en sus costumbres”, subraya el escritor villariego Juan Carlos Abril.

Alcalá la Real, el municipio más señero de la Sierra Sur, tiene  una  importancia estratégica que en el sur de la península ibérica al ser la puerta entre el valle del Guadalquivir y la vega granadina y que ha propiciado un intercambio de culturas que han determinado el carácter histórico de esta ciudad. Bien merece una visita la muralla oeste y puerta nueva de la fortaleza de La Mota, una restauración inaugurada recientemente. Con esta actuación se aumenta el atractivo de este enclave, con la puesta en valor de toda la zona oeste de La Mota, quizás la menos conocida, y se crean itinerarios que desde la parte interior permiten acceder a los arrabales que hay extramuros.

La restauración, que se extiende a lo largo de 110 metros lineales comprendidos entre la Puerta Nueva y la Torre de la Cárcel, ha permitido reintegrar las partes perdidas de la muralla y mejorado el estado actual, incluidas tres torres, trece lienzos y la propia puerta, que ha permanecido tapiada dos siglos y es un símbolo del cambio de tiempo que supuso para Alcalá la Real la caída del Reino de Granada, en 1492, y la paulatina desaparición del papel fronterizo que tanto determinó estas tierras. Su apertura ha permitido ganar un nuevo acceso al recinto superior y un nuevo espacio turístico de gran potencial.

Alcalá la Real ofrece un sinfín de oportunidades para los amantes del turismo de naturaleza. Una buena oportunidad de ello es el II Festival de Senderismo, que tendrá lugar del 21 al 23 de octubre impulsado por la Asociación Alcalá Destino de Calidad. En esta ocasión se han elegido dos etapas del GR-128 Senda Ciclable de las Aldeas, una de las rutas de gran belleza y con dificultad baja para que sea accesible a cualquier persona, independientemente de su edad o estado físico. Una es La Pedriza-Ermita Nueva y la otra Venta los Agramaderos-Pilas de Fuente Soto.  Otra de las novedades reside en las visitas temáticas, que este año se han rotado e incluyen una visita a Quesería Sierra Sur y otra a la almazara de Florencio Aguilera.  También habrá una comida al aire libre en el área natural de Puertollano, donde podrá degustarse el popular plato de secretaria.

Panorámica de Valdepeñas de Jaén, en plena Sierra Sur.

En Fuensanta de Martos transcurre la novela El lector de Julio Verne, de la desaparecida Almudena Grandes.  En Puerto Viejo comienzan el encinar y las dehesas. Damos una vuelta por la fuente de la Negra, o por la iglesia, también renacentista, para dirigirnos por la misma carretera con curvas, entre olivos, huertas y sierra al fondo, hacia Valdepeñas de Jaén, fundado en 1539. Aquí se suicidó uno de los últimos maquis, Tomás Villén Roldán (1903-1947), tras dinamitar la Guardia Civil varias casas donde se había atrincherado junto a sus fieles. Valdepeñas mantiene lo mejor de las tradiciones populares y gastronómicas. Aquí todavía se hallan habitados cortijos por lugareños y pastores, muy alejados de Internet. Hay que conocer el Molino-Museo de Santa Ana. A pocos metros, el paraje de Las Chorreras exhibe exhibe una excepcional belleza. En temporada, las aficiones más arraigadas pasan por buscar setas de cardo, alcaparras y alcaparrones, espárragos o cardillos. La sierra también se presenta ideal para caminar hacia el inmenso embalse del Quiebrajano o realizar rutas de senderismo.

Panorámica de Alcaudete, con su castillo fortaleza medieval erigida de forma majestuosa. Arriba, una caravana turística en Alcalá la Real, con la Mota, al fondo.

En Alcaudete, situado a los pies de la Sierra Ahillos, la historia se respira por todos sus rincones. Encrucijada de caminos, en contacto directo con las tierras granadinas y cordobesas, su caserío se derrama por la ladera del cerro, abrazando sus dos edificios más insignes: la fortaleza medieval (ejemplo de fortaleza de la última frontera con el reino nazarí de Granada) y la iglesia de Santa María la Mayor; expandiéndose en forma de anillo y desde el cual, se divisan sus ricas tierras de olivar y huertas. Cuenta Alcaudete con tres aldeas: La Bobadilla, Los Noguerones y el Sabariego, donde el blancor de sus casas sobresale entre el verde del olivar.

Observando las estrellas

Declarada reserva Starlight en 2014, la Sierra Sur ofrece cielos increíblemente estrellados. A poco que se recorra cualquier camino, asaltan conejos o bandadas de perdices, y de noche son frecuentes jabalíes, ginetas, zorros, tejones, comadrejas e incluso gatos monteses. De Valdepeñas tomamos la A-6050 en dirección a Castillo de Locubín, donde cada primavera se convoca la fiesta de la cereza, que congrega muchísimos visitantes. No hay que perderse el paraje del nacimiento del río San Juan, una especie de oasis. Y si tomamos la JV-2262 hacia Frailes, la carretera más bonita de la comarca, disfrutaremos en todo su esplendor de las bondades de la Sierra Sur.

Una casa rural en el municipio de Frailes.

“Un día me encontré en medio de Frailes y pensé que allí iba a permanecer. Comencé a valorar la villa, iba al Nacimiento y veía los caños de agua que manaban de aquel lugar y pensaba entre mí qué de donde venía aquella agua, tan cristalina, tan fresca; miraba el lavadero y veía a una media docena de mujeres lavando la ropa, atareadas, pero estaban contentas, se reían y se contaban sus cosas. Recorría aquellas calles: Santa Lucía, Huertas, Santo Rostro, la plaza de los Toros, plaza del Rector Mudarra, calle Campo, y llegaba hasta Linarejos”, escribió Santiago Campos en su libro  La Frailestud.

Frailes ha puesto en marcha, de la mano de la Consejería de Turismo, un proyecto para digitalizar los recursos de la localidad y facilitar su conocimiento a los potenciales visitantes y a aquellos turistas que acudan finalmente al municipio. Una app que aglutinará todos los recursos y los pondrá al alcance de todos en el teléfono móvil. Igualmente se harán unos vídeos promocionales para dar a conocer las bondades turísticas de este pueblo de la Sierra Sur.

Volvemos sobre nuestros pasos y nos acercamos a Martos, donde el Ayuntamiento ha recuperado, para uso turístico, varias calles del entorno del castillo y  la Torre Almedina. Los trabajos han permitido la mejora y regeneración de las calles que pertenecen al barrio de la Fortaleza Baja, situado en el Conjunto Histórico de Martos, con acciones diseñadas para mejorar el paisaje urbano histórico de la zona, impulsar la proyección turística y reactivar el barrio.

Mientras tanto, en la línea de recuperación de espacios públicos y la rehabilitación del patrimonio en el barrio de San Amador y la plaza Fuente de la Villa, el Consistorio ha licitado el proyecto para la recuperación patrimonial y puesta en valor de los lavaderos de las Tenerías y su integración en el entorno turístico de la plaza de la Fuente de la Villa.  Una actuación para poner en valor los lavaderos con una solución técnica que contempla la recuperación del solar degradado, en el que se habilitará un espacio abierto y totalmente accesible para las personas con movilidad reducida. Un proyecto que facilitará la visualización de imágenes de gran valor patrimonial como es el barrio de La Cornacha, con su plaza y fuente monumental, así como la iglesia de San Amador y Santa Ana, y hacia la avenida Fuente de la Villa se recuperará, a través de muros de piedra y pequeñas terrazas, zonas que simulen los antiguos huertos existentes.

La Peña preside el municipio de Martos.

De igual modo, la Universidad de Jaén (UJA) ha comenzado ya las actividades preliminares mediante programas de documentación cartográfica y fotométrica, protección, investigación, conservación  y difusión, para la consolidación de la Fortaleza Alta de La Peña de Martos. Unos trabajos que van a permitir saber la ubicación de todos los aljibes así como la localización de la posible iglesia que está vincula al castillo Calatravo. Unos trabajos que desde el Consistorio se valoran de cara al futuro con el objetivo de poder consolidar el patrimonio de la ciudad y un mirador extraordinario como es la meseta de La Peña.

La Vía Verde del Aceite, que discurre en gran parte por la Sierra Sur, se presenta como una nueva y atractiva oferta de turismo interior basada en el aprovechamiento y recuperación del viejo ferrocarril abandonado Jaén- Campo Real (Córdoba) como pasillo verde, ideal para la práctica de cicloturismo, senderismo y de otros deportes en contacto directo con la naturaleza. La Vía Verde la podemos disfrutar desde Torredelcampo, un municipio del área metropolitana de la capital que también pertenece a la Asociación de Desarrollo Rural de la Sierra Sur (Adsur). En Torredelcampo conviene una visita el castillo de Berrueco, de alto valor estratégico, como lo atestigua el asentamiento del Cerro San Antón; el Cerro Miguelico, sobre el solar de un antiguo oppídum ibero-romano y aprovechando una sólida estructura ciclópea, en época musulmana (siglo IX y X), se consolidó este pequeño asentamiento, posiblemente una alquería  donde también se encuentra la  Ermita de Santa Ana; y ya en el casco urbano, la Iglesia de San Bartolomé, que responde inicialmente a un proyecto medieval, aunque la mayor parte de su actual configuración se realizó en el siglo XVI.

Nuestro viaje por la Sierra Sur finaliza en Jamilena,  el municipio con el término municipal más pequeño de toda la provincia. Una buena sugerencia es practicar senderismo por el camino “Cueva Palomera y Pecho de la Fuente”. A lo largo del sendero se extiende un pinar de carrasco de repoblación. Adentrándonos en este pinar podremos observar además de vegetación propia del monte mediterráneo; la encina y otros matorrales, así como la fauna que habita en este espacio natural. Al alcanzar el tramo de mayor altitud se puede apreciar una preciosa vista panorámica.