Santiago Quesada alerta de la precariedad del conjunto de torres musulmanas de Segura, algunas de ellas únicas en Andalucía

 “El sistema de torres musulmanas de la Sierra de Segura: una contribución al paisaje y patrimonio rural de Al-Andalus”, es el título del libro del jiennense Santiago Quesada-García y que recoge la síntesis del proyecto de investigación “Segura” cuyos resultados se presentaron en su día en la Universidad de Sevilla. El libro, que ha sido destacado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), presenta un sistema de estructuras medievales que articulan un territorio y construyen un paisaje.

“Se trata de un conjunto de torres y restos, construidos en tapia durante el siglo XII en el valle de los ríos Guadalimar, Hornos y Trujala, ubicado dentro de la comarca de la Sierra de Segura, en la provincia de Jaén”, explica el investigador Quesada-García. Las torres, que fueron levantadas aparentemente con un fin defensivo, crean una articulada red de elementos rurales, aislados y dispersos, que ponen en conexión la orografía, caminos, recursos fluviales, poblados, cultivos, etc. Son asentamientos con capacidad para antropizar espacios, organizar una comarca y convertirse en piezas imprescindibles del paisaje que hoy admiramos.

La principal aportación de esta publicación, cuyos resultados formaron parte de la exposición “La arquitectura de la defensa como articulación del territorio y elaboración del paisaje: las torres almohades de la Sierra de Segura” de la capital hispalense, es que pretende con esta obra transmitir los hallazgos obtenidos, así como difundir este magnífico y desconocido patrimonio que cimenta un paisaje heredado. Paisaje que no sólo es natural, sino que sobre todo es cultural y cuyos componentes se presentan por vez primera con una voluntad y visión integradoras.

Arriba, conjunto de torres musulmanas de la Sierra de Segura. Sobre estas líneas, torre norte de Santa Catalina, en Orcera, una de las que se encuentra en estado más precario.

Una de las imágenes muestra una perspectiva con una reconstrucción de cómo se subía a ellas, porque tenían la puerta a mucha altura ya que servían de silo o almacén, etc. Otras fotos muestran el proceso de toma de datos que se hizo durante el proyecto de investigación.

“En el proyecto de investigación conseguimos datar las fechas de las torres con carbono 14 y otras pruebas, son de una fecha aproximada en torno al año 1150, es decir, son almohades y antecedentes de todas las que se construyeron poco después en torno a Valencia, donde todavía se conservan algunas”, explica el investigador jiennense”.

Para evidenciar la importancia de este patrimonio, Santiago Quesada señala que, del tipo y forma de las dos torres de Santa Catalina en Orcera, sólo quedan ocho en toda la Península (las dos de Santa Catalina son las únicas que quedan en Andalucía, hay otras dos en Albacete y cuatro en los alrededores de Valencia). Las dos torres de Orcera están en un estado muy precario y con graves patologías que amenazan su caída. Lo curioso es que tienen redactado un proyecto de consolidación y restauración desde el año 2004, que encargó la Junta de Andalucía, pero por razones desconocidas nunca se ha ejecutado.

ENLACE DE YOUTUBE DEL PROYECTO SEGURA:

http://grupo.us.es/hac/proyectosegura/