El periodista Javier Altarejos nos invita a descubrir este municipio, puerta de Las Villas

Villacarrillo amanece cada día mirando a su sierra, a la de Las Villas. Y se acuesta apagando poco a poco el enorme sol naranja del horizonte del Condado, donde comienza Sierra Morena. Esos tonos anaranjados del atardecer, cubren cada día, como si de una segunda piel se tratara, las enormes piedras de la torre de su Iglesia, faro patrimonial que todo lo ve…y que desde todos sitios es visto.
Quiso la historia que uno de los referentes del Renacimiento español, Andrés de Vandelvira, casara con una villacarrillense, Luisa de Luna, residiendo en la localidad y comenzando aquí el gran bagaje de obras que acompaña su trayectoria. Es la Iglesia de la Asunción de Villacarrillo posiblemente el primer gran proyecto de Vandelvira. Más de medio siglo después sigue siendo referente y visita obligada para los admiradores de la grandiosa obra del maestro de Alcaraz.
Este edificio, imponente y extraordinario, es el epicentro de Villacarrillo, ciudad que en su origen fue una torre defensiva del Adelantamiento de Cazorla, perteneciendo a Iznatoraf. En esta primera época de poblamiento se conocía como Torre de Mingo Pliego. Es a finales del Siglo XV cuando los Reyes Católicos confirman el privilegio de villazgo, solicitado por el Arzobispo Alonso Carrillo, de donde se acuña el nombre de la nueva villa. En el Siglo XIX el Rey Alfonso XII le concede el Título de Ciudad.
Las décadas de mediados del siglo XX son las de mayor esplendor de toda una ciudad, que daba servicio a las poblaciones cercanas, situándose como cabeza de partido y acogiendo, en 1950 nada más y nada menos que a 20.000 habitantes.
Villacarrillo cuenta con otros núcleos de población, los principales, y casi todos a orillas del Guadalquivir, Mogón, Agrupación de Mogón, La Caleruela y Arroturas.
La localidad es puerta del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, pero esta última, de Las Villas, es su sierra. La más virgen de todas. Desconocida e impresionante, guarda enormes tesoros naturales, como el Paraje de la Osera, Chorro Gil, Navazalto o el Embalse del Aguascebas.
Al pie de esa maravillosa sierra, Villacarrillo ha conformado una de las mayores extensiones de olivar de la provincia de Jaén, y por ende, del mundo. De hecho, lleva algunos años siendo el municipio de la provincia que más aceite de oliva produce. Cuenta con varias cooperativas y almazaras que aúnan esfuerzos por conseguir avanzar en la profesionalización de todos los ámbitos del que es verdadero motor de la economía local.

Iglesia de la Asunción de Villacarrillo, quizá el primer gran proyecto del arquitecto Andrés de Vandelvira; arriba, panorámica antigua de Villacarrillo.


Villacarrillo es tierra de profundas tradiciones. Su Semana Santa es Fiesta de Interés Turístico Regional.. con una particularidad que emociona a propios y extraños cada vez que se representa. Son los Cantes de Pasión, estrofas cantadas a dos voces que tratan de la pasión y muerte de Jesucristo, transmitidas a través de los años de generación en generación. También, cada mes de septiembre, su feria, atrae a miles de visitantes ávidos de participar y ver los tradicionales encierros de reses bravas que se celebran de manera ininterrumpida desde el siglo 17. Festejos que en los últimos años han adquirido un carácter de verdadero reclamo a nivel nacional, llegando corredores y aficionados de todo el país. Mi pueblo, Villacarrillo es uno de los más taurinos de la provincia y el gran encierro de toros del sur de España.
Pero quizá, la fiesta de las fiestas, la más particular de cuantas Villacarrillo celebra es la de su Corpus Christi. Una celebración ancestral que tiene más de 600 años, en la que participa toda la población. Los vecinos de las calles por las que procesiona el Santísimo, acicalan, embellecen y decoran todos los rincones, hasta conformar un precioso laberinto de sedas, serrín, flores y ornamentos… salpicados por altares en diferentes puntos del recorrido. Un privilegio del Papa León XIII, permite, desde el Siglo XIX la celebración de la procesión en la tarde.
Quedaría lugar para hablar de su gastronomía, de sus gentes, calles, historia, cultura…pero el espacio es limitado.
Villacarrillo debe ser en un futuro, lo que sus vecinos quieran que sea. Potencial, situación, entorno, capacidad, patrimonio, esfuerzo y tesón, le sobran.

Calles engalanadas en el Corpus Christi de Villacarrillo.