Los vecinos de los dos municipios convierten la celebración, declarada BIC, en un museo al aire libre
Villardompardo y Villacarrillo son, sin duda, los dos municipios con más solera en la celebración del Corpus Christi, que se celebra este próximo domingo 19 de junio. En ambas localidades, esta celebración está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Actividad de Interés Etnológico.
Especial interés tiene en Villardompardo la celebración del Corpus Christi, siendo levantados por los vecinos para tal efecto, a lo largo del trayecto de la procesión eucarística, unos artísticos altares que, junto a las calles ricamente engalanadas y bellamente decoradas, hacen de esta fiesta una de las que más atraen la curiosidad de los visitantes foráneos.
En Villardompardo, los actos ceremoniales se concentran en la mañana del domingo, 19de junio de las calles y las plazas del municipio se engalanan para la ocasión, gracias a la colaboración vecinal, con el fin de albergar bendiciones, alabanzas, desfiles procesionales y actos litúrgicos propios de la fiesta del Corpus.
Desde 1545 a 1563 ya aparece en Villadompardo un documento que habla de forma muy precisa sobre la celebración del Corpus. Aparece el recorrido procesional y como engalanaban las calles y fachadas. Se trata de los estatutos de la Cofradía del Santo Sacramento publicados en 1565.
El Corpus de Villadompardo se caracteriza por altares de unas dimensiones grandiosas. Las calles se cubren de juncia, los balcones y ventanas se engalanan con colgaduras, los aromas que desprenden el romero, hinojo, tomillo, etc, hacen que el visitante y sus mimos habitantes pasen un día inolvidable.
La festividad del Corpus en Villardompardo se ha convertido en una celebración con identidad propia, en la que la originalidad de sus altares es su principal elemento diferenciador respecto a otras localidades. Además, durante su elaboración, que dura meses, se produce una sana competencia entre los vecinos y se refuerzan los lazos de amistad entre los mismos. Los habitantes del pueblo los realizan de forma deseinteresada y lo único que les mueve en engrandecer el prestigio del Corpus de Villardompardo. Una veintena de altares adornados con con motivos populares de incomparable belleza, y las flores que alfombran las calles por las que discurre la procesión son el principal reclamo turístico de Villardompardo.
Hay que recordar que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en 2021 inscribir, a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la fiesta del Corpus en Villacarrillo y Villardompardo (Jaén), un ritual que se remonta al siglo XVI y que constituye una seña de identidad en ambos municipios jienenses.
La Fiesta del Corpus en Villacarrillo y Villardompardo se caracteriza, entre otras singularidades, por el ingenio con el que los vecinos confeccionan las alfombras y los altares levantados por el itinerario por el que transcurre la comitiva. Una creatividad colectiva de los villacarrilenses y los villarengos que la distingue en relación con otras localidades andaluzas que también celebran esta festividad.
Precisamente, el diseño de estos altares y alfombras, que engalanan sus calles durante el ritual festivo, implica una serie de preparativos que no se limitan a un solo día, sino que es fruto del trabajo vecinal de varios meses. Un tiempo en el que se planifican y reparten tareas entre toda la población, sin distinción de género ni edad. Un trabajo colectivo para la consecución de un objetivo común, a través del cual se contribuye al mantenimiento de la fiesta.
Con su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, con la figura de máxima protección, se pretende que este ritual perdure en el tiempo generación tras generación, conservando los elementos característicos que distinguen a esta fiesta, como las alfombras o los altares, de carácter efímero, y otros permanentes, como son las propias custodias y enseres litúrgicos que se guardan y conservan en las iglesias parroquiales de cada municipio.
En cuanto a los actos ceremoniales de la fiesta del Corpus, en Villardompardo, donde hasta finales de los años 50 los altares se montaban dentro de los zaguanes de las casas –y no fue hasta principios de los 60 cuando el vecindario por iniciativa propia decidió trasladarlos al exterior de las viviendas y elaborar exornos de manera artesanal-, se concentran en la mañana del domingo. Por su parte, en Villacarrillo desde finales del siglo XIX se mantienen por la tarde.
El ritual festivo en Villacarrillo y Villardompardo se sitúa como respuesta al entorno, en interacción con la naturaleza y su historia, y destaca por su antigüedad y el alto grado de implicación vecinal. Una colaboración entre vecinos que se expresa tanto en los preparativos como durante toda la jornada festiva y que favorece la cohesión, la integración y la unidad de las colectividades de estos municipios.