Teodoro Chinchilla, homenajeado en Orcera, simboliza el ocaso de los oficios tradicionales de la Sierra de Segura

A sus 83 años, Teodoro Chinchilla es el último exponente de los oficios tradicionales vinculados con la explotación de la madera en la Sierra de Segura. Este sábado ha sido homenajeado en Orcera dentro de la exhibición de corte de madera con percha celebrada en la que llegó a ser en su día capital de la Provincia Marítima de Segura de la Sierra. Hasta hace apenas un par de años Teodoro ha venido participando en los concursos de corte y apeo de los pinos salgareños de esta comarca, sobre todo en el más famoso de Siles; sin embargo, el déficit de visión que tiene en uno de sus ojos le ha retirado, muy a su pesar, de este noble oficio serrano.

Sus problemas en la vista no le impiden, no obstante, seguir cuidando con esmero su huerta en la aldea donde vive, Moralejos. Lo hace junto a su esposa, Isidora López, también octogenaria como él, y que son ya, prácticamente, la única familia que vive de modo estable en este recóndito pero delicioso núcleo de población situado en la carretera que asciende desde Segura de la Sierra a lo más profundo del monte. Además de hortelano, Teodoro ha sido carpintero y también sigue haciendo gala aún de su destreza como artesano del mimbre y del esparto. De hecho, es muy célebre su puesto de canastos durante el concierto que el Festival Música en Segura celebra cada año en la aldea de Moralejos.

Pese a no participar directamente en la exhibición, Teodoro Chinchilla  asistió, sin poder disimular su emoción, al acto celebrado este sábado en Orcera donde se ha querido rendir tributo a los oficios tradicionales madereros de la Sierra de Segura. De esta comarca han salido multitud de cuadrillas de pineros, hacheros, ajorraores, carreteros, pegueros, caleros y maestros destiladores, todos ellos oficios ya extinguidos o, en el mejor de los casos, instalados en una decadencia que ha ido paralela al ostracismo que ha sufrido la explotación forestal de estos bosques segureños en las últimas décadas.

En concreto, con la técnica del corte de madera con percha, que fue la exhibida en Orcera, preparaban los pobladores locales las vigas y tablones para la construcción  de sus viviendas. Una modalidad de aserrado de madera que posteriormente fue aprovechada en sus primeros años por Renfe para preparar las traviesas de las vías férreas de todo el país. “Desgraciadamente la intrusión y la deslealtad de Renfe en las montañas de Segura supuso la asfixia para la boyante industria maderera de Orcera y abocó al cierre de la mayoría de estas empresas, no olvidemos que Renfe extrajo más de cuatro millones de metros cúbicos de madera de los bosques de Segura, además de montar sus aserraderos industriales fuera de la comarca segureña volviendo a abandonar a su suerte a los habitantes de esta comarca e impidiendo de hecho el normal desarrollo de la misma”, ha indicado Pedro Pablo Cano Henares, coordinador de la exhibición de   Orcera.

Otro de los últimos exponentes de estos oficios de los que ya apenas se conserva su melancolía fue Pedro Mañas, de la aldea de Río Madera y recientemente fallecido. Algunos de sus nietos han participado, a modo de homenaje, en la exhibición de corte de madera con percha de Orcera, un acto que sirvió también para reivindicar un futuro mejor, y más sostenible, en la Sierra de Segura, la principal comarca (de hecho ocupa dos tercios de su superficie) del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

Arriba, Teodoro Chinchilla, durante el homenaje recibido en Orcera; sobre estas líneas, un momento de la exhibición de corte de madera con percha llevada a cabo el sábado en la plaza de la Iglesia de Orcera.