La baja densidad de población y la nula masificación turística posicionan a la provincia como referente en la era post pandemia
La provincia de Jaén promociona esta semana en Fitur todos sus recursos naturales y patrimoniales, que son muchos. Aunque, por encima de todo, ha acudido al principal escaparate turístico del país con un reclamo principal: Jaén es un destino seguro. Pero, ¿cuáles son los argumentos que sustentan esta máxima, repetida hasta la saciedad por empresarios y también por responsables de todas las instituciones. ¿Por qué Jaén es un destino más seguro para el turismo, y también para desarrollar un proyecto de vida?
“La actividad turística se vislumbra como una gran oportunidad para la diversificación económica de la provincia de Jaén, contribuyendo a generar empleo y a fijar la población en el medio rural”, asegura Juan Ignacio Pulido, responsable de la Cátedra de Turismo Interior de la Universidad de Jaén (UJA). Este experto admite, no obstante, que la provincia de Jaén es aún un destino emergente, no consolidado, en el que todavía quedan retos importantes que afrontar. Ello se evidencia, por ejemplo, en el hecho de que el turismo jiennense haya tardado más de una década en recuperar la caída de flujos turísticos y pernoctaciones generada por la crisis económica mundial que comenzó en 2008, mientras que, en ese mismo período, Andalucía y España alcanzaban las cotas más altas de afluencia turística de toda su historia.
La provincia de Jaén cerró 2019 habiendo recibido un total de 691.435 viajeros y 1.347.728 pernoctaciones para el conjunto de establecimientos turísticos (alojamientos hoteleros, campings, apartamentos turísticos y alojamientos de turismo rural), lo que no suponía un ejercicio especialmente bueno, sobre todo en lo relativo al comportamiento de la demanda de alojamientos hoteleros. No obstante, en los primeros meses de 2020, se estaba produciendo un crecimiento significativo de los principales indicadores de demanda turística, lo que hacía prever que se iba a tratar de un año clave para recuperar la posición anterior a la Gran Recesión de 2008. Sin embargo, en marzo de 2020, con la irrupción de la pandemia todo volvió a paralizarse.
Aunque es cierto que 2020, y lo que llevamos de 2021, han arrojado cifras tremendamente preocupantes para el sector, también lo es que la provincia de Jaén ha mostrado una mayor resistencia en este contexto. Cabe destacar que, en la provincia, el número de viajeros descendió en un 53,71% durante 2020, mientras las pernoctaciones lo hicieron en un 49,73%. Sin embargo, a nivel regional y nacional estos descensos fueron mucho más pronunciados. “Ello se debe”, explica Juan Ignacio Pulido, “a distintas razones. Por un lado, el turismo que acude a la provincia es mayoritariamente nacional, y este se ha visto menos castigado que el extranjero en estas circunstancias. Por otra parte, los entornos naturales y rurales, como el nuestro, han sido los protagonistas durante los momentos en los que se permitía una cierta movilidad, lo que ha favorecido una leve recuperación. Y, en tercer lugar, la cuota de participación de la provincia de Jaén en el mercado andaluz es muy reducida, por lo que los descensos suelen ser menos pronunciados”.
A pesar de las dificultades por las que ha atravesado el turismo provincial durante 2020, cabe destacar que se ha mantenido uno de los puntos fuertes que siempre han caracterizado a la provincia de Jaén: el elevado gasto medio diario realizado por los turistas. La nuestra sigue siendo la provincia andaluza en la que los turistas gastan más dinero por día (74,56 euros en 2020).
Por el contrario, cabe destacar que, en términos de estancia media (2,32 días en 2020), la provincia de Jaén ocupa el último lugar entre las provincias andaluzas durante los cuatro trimestres del año, un aspecto negativo que contrarresta acentuadamente el hecho de ser la provincia en la que mayor gasto medio diario realizan los turistas.
“La situación actual del turismo en la provincia sigue influenciada de forma muy negativa por la pandemia, aunque, como se ha visto, la tendencia hacia los viajes de proximidad, la búsqueda de destinos rurales y de naturaleza, libres de masificación, saludables y seguros, hace prever que, en cuanto se inicie la recuperación, los turistas optarán por destinos como el nuestro, que cuenta con recursos de enorme potencial para impulsar la reactivación de la actividad turística”, reflexiona el responsable de la Cátedra de Turismo Interior de la UJA.
Por todo ello, en las conclusiones de la Jornada sobre el futuro del turismo provincial, celebradas en la Universidad de Jaén el pasado mes de marzo, se ponía el acento en las oportunidades que se le abren a la provincia en la era post Covid. “Cuando la vacunación avance y se abran las fronteras, se incrementarán los flujos turísticos. Es necesario, por tanto, tener el producto turístico bien pensado y adaptado a las nuevas necesidades del turista pos-Covid. Adicionalmente, resulta fundamental observar qué se está haciendo en otros destinos de referencia, incorporar las mejores prácticas del sector y apostar por la digitalización y la inmediatez”, se apuntaba.
Pero al mismo tiempo se apuntaba la necesidad de avanzar en la apertura de la comercialización; potenciando la colaboración entre distintos oferentes de servicios turísticos a través de la promoción, de forma conjunta, de la oferta empresarial turística de la provincia. “La baja densidad de población de la provincia de Jaén, la ausencia de masificación turística y los atractivos de la provincia, se convierten en una oportunidad para posicionar a la provincia de Jaén como un destino de referencia post pandemia”, se indicaba en las conclusiones.
También desde la asociación Los Pueblos más bonitos de España, que integra a más de un centenar de municipios de todo el país, la mayoría de ellos enclavados en el medio rural, se ha constatado el crecimiento en el flujo de visitantes y la desestacionalización provocada en la época post pandemia. “La desestacionalización está revitalizando muchos de los pueblos, donde está despertando la iniciativa privada para apostar por el turismo, provocando en muchos de estos pueblos el aumento de población o incluso la revalorización de las viviendas”, indica el presidente de esta Asociación, Francisco Mestre.
Desde esta asociación, de la que forman parte los municipios jiennenses de Segura de la Sierra y Baños de la Encina, se trabaja en la era post-pandemia en diferentes líneas de actuación, como la recuperación del turismo internacional. “No pensemos que vamos a tener el mismo número de turistas internacionales que en el pasado sin esforzamos, por ese motivo trabajamos por atraerlos también a nuestro mundo rural y nuestros pueblos con encanto. Podemos ser complementarios con el turismo urbano e incluso con el de sol y playa”, señaló Mestre.
En el medio rural, y en provincias como la de Jaén, también se abre una gran oportunidad con el teletrabajo. El ‘pico’ del fenómeno del teletrabajo se observó en el segundo trimestre de 2020, con más de 3 millones de personas trabajando desde sus casas en todo el país, lo que suponía algo más del 16% del total de ocupados. En los dos últimos trimestres de 2020, la intensidad del teletrabajo se moderó, y al finalizar 2020 la cifra de trabajadores con dicha modalidad cayó ligeramente por debajo de los 2 millones de ocupados, lo que suponía un 9,9% del total del empleo en España.
La EPA del primer trimestre del 2021 marca un cambio de tendencia en este sentido, puesto que ha vuelto a producirse un repunte en el número de teletrabajadores, que se ha elevado hasta los 2,15 millones las personas que teletrabajaron más de la mitad de los días laborables. La proporción, respecto al total de ocupados, ascendió más de un punto, y quedó situada en un 11,2%.
Para poner en contexto la dimensión del impacto de la crisis del covid-19 en el teletrabajo basta indicar que en 2019 solo el 4,9% de los ocupados teletrabajaron más de la mitad de los días y esta proporción, al inicio de 2021 es del 11,2%.