La réplica de esta joya visigoda, recién rehabilitada, se puede admirar en el centro de interpretación ubicado en el Castillo

Fotografía de portada: Nuevas piezas del Tesoro de Torredonjimeno.

El Tesoro de Torredonjimeno fue descubierto en 1926, fortuitamente, en el paraje conocido como “Majanos de Garañón”. Su historia es un constante viaje por mercados de antigüedades que hace que sus piezas se dispersen. Hoy en día está dividido en tres instituciones: El Museo Arqueológico Nacional (Madrid), el Arqueológico de Córdoba y el Museud’Arqueología de Catalunya, aunque también se tiene constancia de la exposición de una cruz en el Museo Pushkin de Moscú.

Al principio parecía pertenecer a una gran iglesia del sur peninsular (Sevilla), pero recientes investigaciones aseguran que eran parte del ajuar de un templo cercano al lugar de su hallazgo, dedicado a las santas mártires Justa y Rufina. Fue guardado con mucho cuidado en un sitio protegido con obras de mamposterías de piedras y cal, formando una especie de caja, probablemente para ocultarlo de las tropas invasoras islámicas que en el año 711 obligó a despojar a las iglesias de sus bienes. Está fechado en la segunda mitad del siglo VII y es una de las muestras de orfebrería más importantes de la época visigoda en nuestro país.

El tesoro se compone de casi cien piezas, realizadas en oro y adornadas con piedras preciosas, pasta vítrea y gemas. Sus piezas formaban parte de un conjunto de coronas votivas que se ofrecían en las iglesias visigodas para la intercesión de Dios o de santos. Precisamente, Justa y Rufina eran las santas invocadas por este tesoro. El conjunto se compone principalmente de cruces: De cabujón, repujadas y laminares lisa. De elementos colgantes: Letras tabicadas, colgantes esféricos, cónicos, hojas etc. Y de elementos de suspensión: Cadenas, macollas y florones.

Réplica

El Centro de Interpretación del Tesoro Visigodo de Torredonjimeno, ubicado en el Castillo desde 2010, recupera una parte de su historia e identidad cultural, ya que incluye una reproducción fidedigna de las piezas originales de orfebrería, recientemente rehabilitadas. Como novedad, en 2022 se han incorporado cuatro nuevas réplicas. Por una parte, una espectacular corona, recreando una de las que según los estudios se halló en Torredonjimeno, y otra pequeña donada posiblemente por un abad. Por otra parte, se suman dos cruces de gran valor: la de Moscú y otra procedente del museo catalán, la cual está fragmentada. Estos trabajos son obra del orfebre sevillano Juan José Marmolejo, experto en la materia.