Antonio Bernal y Amai Cuadros divulgan desde Cazorla la riqueza oleícola de la provincia
El oleoturismo está cobrando cada vez más fuerza en la provincia de Jaén. Pero hace una década era algo de lo que apenas se hablaba. Antonio Bernal, un ingeniero agrónomo cordobés que llegó a Cazorla en 2001 para trabajar en la Denominación de Origen del aceite Sierra de Cazorla, pensó que no era lógico que se desperdiciara el enorme potencial que el turismo vinculado al olivar y el aceite de oliva tiene en toda la comarca. “La idea era crear un nicho de mercado asociado al olivar porque se daba la circunstancia de que todo el turismo que llegaba a Cazorla venía buscando solo naturaleza pero no había conocimiento de la oleicultura”, explica Bernal.
Y así fue como, en el año 2009, nació Agraria Olearum de la mano de Antonio Bernal y de Amai Cuadros, ambientóloga que sí es originaria de Cazorla. En pleno casco antiguo de Cazorla, a escasos metros del Ayuntamiento y del Balcón de Zabaleta, Olearum oferta a los visitantes que llegan hasta Cazorla adentrarse en el oleoturismo a través de visitas guiadas a almazaras y con catas y degustaciones de los mejores caldos que se pueden probar en la misma tienda de Olearum. Allí pueden degustarse los diferentes perfiles sensoriales de sus aceites Sol Chiquito picual, royal y arbequina.
Agraria Olearum ofrece una actividad de oleoturismo que incluye un recorrido por los olivares centenarios y milenarios de la Sierra de Cazorla, una visita a la mayor almazara de la comarca y una cata profesional de aceites de oliva virgen extra. Todo guiado por un ingeniero agrónomo experto en olivar y aceite, además de jefe de panel de cata, con más de 20 años de experiencia en el sector, que aporta su profundo conocimiento profesional en una inmersión en el mundo del olivo y de su aceite, en la que los participantes, además de disfrutar del sobrecogedor paisaje del olivar, aprenderán todos sus secretos de una forma precisa y objetiva. Como nos dice Antonio Bernal, el principal atractivo de su actividad, es la experiencia y el conocimiento compartido, de una forma amena, lo cual queda reflejado en las reseñas aportadas por las personas que han desarrollado la actividad.»
«Las catas se realizan en un encantador espacio habilitado en el casco antiguo de Cazorla, en el que los turistas hacen el análisis sensorial de dos aceites de cosecha temprana, de las variedades principales de la Sierra de Cazorla, picual y royal. Toda una experiencia en la que los turistas ponen a prueba sus sentidos para definir los matices aromáticos de los aceites y valorar la intensidad de sus atributos positivos.»
“Tenemos que proteger nuestro olivar tradicional y buscar alternativas para evitar su declive; si no se ponen soluciones este olivar tradicional no podrá competir con el olivar intensivo y superintensivo”, concluye Antonio Bernal.