La comarca del noreste de la provincia apuesta por la cultura y un modelo turístico sostenible
‘Contenido ofrecido en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía’.
Aseguran desde Asodeco, la Asociación de Desarrollo Rural de El Condado, que la historia de esta comarca no solo la encontramos en los libros, sino que los pueblos la han escrito para que el viajero pueda encontrársela cara a cara, en los caminos o en su descanso en plazas, fuentes y jardines y también cuando quieran alzar su mirada curiosa a torres, iglesias o palacios. Precisamente, este mes de abril arranca el programa “Conocer Mi Territorio El Condado de Jaén – Primavera 2022”, con la que los ocho municipios de la comarca quieren difundir todos sus recursos naturales y patrimoniales y, al mismo tiempo, atraer viajeros de proximidad lo que sin duda elevará la autoestima colectiva.
El yacimiento arqueológico de Giribaile, en Vilches, ha sido la primera parada de este programa con el que El Condado quiere reafirmar sus señas de identidad. Un programa comarcal bajo la Marca de Calidad Territorial “Comarca de El Condado-Jaén”, que incluye un proceso de desarrollo económico, social y cultural a partir de la valorización de su patrimonio arquitectónico, natural, cultural, bienes y servicios de los municipios marcados por el fenómeno histórico-nobiliario de la existencia del Condado de Santisteban, y su área de influencia.
“No hay nada que impida ahora abordar proyectos experimentales para iniciar un viaje de regreso al campo”, sostiene Sebastián Lozano, gerente de Asodeco y principal impulsor de los proyectos de emprendimiento puestos en marcha en la comarca en los últimos 25 años. A su juicio, para que la comarca siga avanzando debe avanzarse en la digitalización, garantizar la conectividad por banda ancha en todo el territorio, un adecuado suministro eléctrico, y apostar por un sistema mallar de infraestructuras de transporte. “Y si queremos frenar la despoblación rural habría que pensar en la renta mínima agraria y en contemplar que son los migrantes extranjeros los futuros neocolonos”, subraya.
La comarca de El Condado, ubicada en el norte de la provincia de Jaén, la forman las poblaciones de Arquillos (con la pedanía de El Porrosillo), Castellar, Chiclana de Segura (con las pedanías de Camporredondo, Los Mochuelos y La Porrosa), Montizón (con las pedanías de Aldeahermosa y Venta de los Santos), Navas de San Juan, Santisteban del Puerto, Vilches (con las pedanías de Guadalén y Miralrío) y Sorihuela del Guadalimar, municipio éste que no vamos a abordar en este viaje y que recorreremos durante nuestra visita a la comarca de Las Villas.
En Navas de San Juan, que es el municipio de mayor población de El Condado, se está apostando por un modelo de desarrollo sostenible que tiene como principal referente el Marco que la Red Española de Desarrollo Rural ha instalado en el Parque del Hondillo, con un paisaje de fondo impresionante a Sierra Morena, el olivar, el valle y el pantano del río Guadalén.
Estos Marcos REDR tienen la finalidad de impulsar nuevos itinerarios turísticos sostenibles y concienciar tanto a la población local como a la urbana que los visita sobre la importancia de la participación de los territorios rurales en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para poder cumplir con los requerimientos de la Agenda 2030. El Marco instalado en Navas de San Juan hace referencia al ODS 7 (Energía Asequible y No Contaminante) por ser un área que ha sido especialmente promovida por el Ayuntamiento local a través de la instalación de paneles solares fotovoltaicos en los edificios de titularidad municipal.
En la localidad navera destaca también la rehabilitación del antiguo lavadero de Las Pilas, la reforma del antiguo matadero municipal, convertido en un centro de interpretación del aceite de oliva, la reinserción del lince (en peligro de extinción) en la parte norte del término municipal, y la creación de un parque-mirador en la zona alta del pueblo, dirección Villacarrillo, conocido como Mirador de los Calerines. También conviee visitar la chimenea de La Minilla, una construcción de finales del siglo XIX, que pertenece a una antigua fábrica que recogía el orujo procedente de las prensas de las almazaras con el objetivo de obtener aceite, y para hacer carbonilla o alimentar la calera donde se hacía la cal. La estructura presenta forma circular y es de gran altura, está realizada en ladrillos cocidos de pico de pato.
La apuesta por la sostenibilidad es una constante en toda la comarca. Repsol y los ayuntamientos de la comarca se han aliado para desarrollar comunidades solares que en una primera fase llegará a una docena de instalaciones repartidas en Vilches, Arquillos, Navas de San Juan, Santisteban del Puerto, Castellar, Sorihuela del Guadalimar, Montizón y Chiclana de Segura. Estas comunidades solares evitarán la emisión a la atmósfera de unas 90 toneladas de CO2 al año, equivalente a la compensación que podrían hacer 33.000 olivos.
Navas de San Juan apuesta también por la diversificación de su sector agrario. En septiembre pasado se inauguró la nueva planta de producción y comercialización del pistacho, donde se lleva a cabo el proceso de clasificación, limpieza, secado y envasado de un cultivo que ha generado grandes expectativas para más de 300 agricultores de El Condado, que quieren convertirlo en una alternativa al olivar. De momento, este cultivo ha multiplicado por 12 su superficie en la provincia en la última década. La planta ha sido promovida por la Asociación de productores de pistacho y comercializadores (Appistaco) y financiada en buena parte por la Caja Rural de Jaén.
Huellas de Dinosaurios
Muy cerca de Navas de San Juan, en el centro de El Condado, se encuentra Santisteban del Puerto, quizá el municipio con un mayor legado histórico. Desde finales del siglo XIV hasta el siglo XIX la historia de Santisteban estuvo ligada a la Casa de los Benavides. En 1371 el rey Enrique II concedió la Villa de Santisteban con sus lugares de Navas y el Castellar a Men Rodríguez de Benavides. En 1473 Enrique IV convirtió este señorío en condado y siglos más tarde, en 1793, se convertirían en duques de Santisteban del Puerto. En esta situación permaneció Santisteban y sus aldeas hasta la abolición de los señoríos decretada en las Cortes de Cádiz.
Los primeros habitantes de estas tierras legaron un gran conjunto de pinturas rupestres entre las que destacan las de la cueva del Apolinario, de mediados del IV milenio a. C. Además, es aconsejable visitar el conjunto de 24 huellas de dinosaurios que se extienden por una superficie de unos 20 metros cuadrados. Los científicos, según las marcas encontradas –dos laterales de 33 cm y una tercera en el centro, más retrasada, de 19 cm–, atribuyen las huellas a un arcosauro, un bípedo de hace 230 millones de años. El lugar está perfectamente acondicionado para su visita, con paneles informativos y un área recreativa infantil, y ha sido declarado por la Junta de Andalucía Monumento Natural.
Arquillos recibe al viajero haciendo gala de ser La puerta del Condado. Su ordenado urbanismo se corresponde con la política de repoblación de Sierra Morena promovida por el monarca Carlos III a finales de XVIII y emprendida por su ministro Pablo de Olavide. En el Centro de Interpretación Pablo de Olavide y las Nuevas Poblaciones se puede conocer de manera ilustrada y gráfica lo que significó la Ilustración y su planificación de Nuevas Poblaciones para Sierra Morena.
El pueblo de Arquillos guarda muchos secretos en su subsuelo. Restos romanos, restos jesuitas… Desde la Fuente Buena (Pilar) comienza esta ruta, más concretamente entre el hueco de las escaleras de una pequeña casa, donde aparentemente no hay nada. Probablemente estas galerías son originiarias de la época colonial s.XVIII, aunque se sigue investigando ya que parece ser que existe otra galería romana en su interior.
La impresionante silueta de su castillo medieval sorprende al viajero que llega a Vilches. Es conocido como uno de los pueblos con más costa interior de España (allí están, por ejemplo, los pantanos del Guadalén Giribaile y La Fernandina) y, además de su castillo, es recomendable una visita a sus cuevas troglodíticas y su pasado arqueológico.
Un lugar de excepción es la ciudad fortificada de Giribaile, uno de los principales enclaves arqueológicos del sur de España. Se trata de una meseta de 18 hectáreas en la que se puede observar el espectacular paisaje natural de la zona, un santuario prehistórico, el oppidum ibérico, un eremitorio paleocristiano, el castillo almohade y casas – cuevas. Muy cerca de allí se encuentra otro enclave natural de gran belleza, como el Monumento Natural El Piélago y el puente romano de Vadollano, declarado Monumento Natural en 2003. Un paraje excepcional entre la campiña y las estribaciones de Sierra Morena.
Un pasado histórico legendario atesora también Castellar, que enseña sus orígenes íberos y romanos en el Santuario Ibérico de la Cueva de La Lobera, un lugar que cuando se descubrió hace ya algo más de un siglo sorprendió al encontrarse millares de exvotos, ofrendas realizadas en aquel lugar, y que hoy en día conservan un espacio distinguido con la creación del primer museo del exvoto reconocido a nivel nacional y que se enmarca dentro de la Ruta “Viaje al Tiempo de los Íberos”.
Castellar se configura de esta manera como un municipio que apuesta por la cultura, con cuatro espacios museísticos como son el Museo de la Memoria, el Museo del Paisaje, el Museo de Arqueología e Historia del municipio, donde se pueden ver muestras de los más de 50 yacimientos arqueológicos que posee Castellar, o el ya mencionado Museo del Exvoto. Una visita merecen también la Colegiata de Santiago o la Iglesia de la Encarnación en cuyo conjunto se encuentra una de las fachadas de la casa de la familia Díez, con elementos del tardomedievo más imponentes de Andalucía, o el recién reinaugurado Parque de Enrique Tierno Galván o Parque del Mirador, con unas imponentes vistas a Sierra Morena. “Castellar, una joya monumental para vivir y embadurnarse de la enorme calidad de vida que destila este pueblo y del gran legado cultural que a lo largo de los siglos le otorgan un distintivo claro de municipio candidato a ser Pueblo por la cultura y singular de Andalucía”, apunta el empresario castellariego Juan Antonio Parrilla. El municipio, que forma parte de la Red de Pueblos Mágicos de España, presume también de contar con el Certamen de pintura Rápida, considerado el concurso de pintura rápida al aire libre más importante de España que se celebra desde 1999 en el mes de mayo.
Quizá el municipio que más llama la atención al viajero por su emplazamiento es Chiclana de Segura. Asentado a una gran altura, incrustada en una roca, en torno a una peña, ya casi en la entrada a la Sierra de Segura, se desparrama Chiclana por calles serpenteantes, caprichosos rincones e improvisadas plazuelas, con el olor a los claveles y geranios de sus balcones y ventanas. A ella se accede a través de un sorpresivo túnel que nos introduce directamente en el aura de su misterio medieval. Este bello pueblo, a pesar de avatares históricos tan negativos para su patrimonio –como la represalia destructiva de las tropas napoleónicas, el ensañamiento fratricida de los carlistas, o la virulencia del huracán que destruyó la torre de la iglesia–, conserva la originaria estructura hispano-musulmana de su urbanismo, la tipología medieval de sus viviendas, y una inesperada sorpresa arquitectónica, las construcciones excavadas en la piedra, sabiduría troglodítica que hace posible tener unas viviendas con una temperatura uniforme durante todo el año.
Finalmente, Montizón es otro de los municipios de la comarca y de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, fundadas en el siglo XVIII por Carlos III, a través de su intendente Pablo de Olavide, para repoblar esta zona en el plan de colonización de Sierra Morena. Tres pueblos forman el municipio: Aldeahermosa, Montizón y Venta de los Santos. Pese a ser el que da el nombre al municipio, el pueblo de Montizón es el más pequeño en habitantes. El entorno del pantano del Dañador es el paraje de mayor interés natural y recreativo de Montizón.